viernes, enero 04, 2008

CARTA DE UN NIÑO DE CUNA

CARTA DE UN NIÑO DE CUNA

Querida cigüeña: Con la confianza que tenemos, ya que tú me trajiste a este mundo, (no como ahora que los niños ya vienen de París), te escribo un poco para que sepas que es de mi vida, desde que tu me dejaste.Cachi en diez ¡, con lo tranquilo que estoy yo en mi cuna, con mi chupete, y mi sonajero no dejan de molestarme un sinfín de gentes, que no paran de decirme cosas, ponen caras rarísimas, balbucean palabras que no hay quien las entienda, se me acercan tanto que me echan su saliva en la cara.
Fíjate si son bobos estos mayores, que no solo se empeñan en que les haga gorgoritos, sino que además, afirman que el niño a dicho “papa” o “mama”.
Menos mal que la mami siempre está atenta, y sabe cuando tiene que “darme la tetilla”, al menos me voy quedando dormido poco a poco, como si me estuvieran anestesiando, y a la vez dejo de oír las tonterías de esa gente, que rodea mi cuna.
Por cierto, ¿sabes?, me han regalado un batón que me llega a los tobillos, parezco un Rey Melchor, y por supuesto, celeste, ¡ claro ¡ como soy niño, -ya empezamos con las clasificaciones- y a mi, el que me gusta realmente, es el rosa.
Otra cosa, cigüeña, hay por aquí una niña rubia con trenzas, dicen que es mi hermana, pero me mira con cara de “te vas a enterar, enano”. ¿es normal, eso?.
Mi abuelito si que es chuli, se lía el tío unos cigarrones…. “caldo de gallina “ le llaman, él, habla poco, (sin duda es mas listo que los demás), se pone la gorrilla de cuadritos, así, echá patrás, en la coronilla, y está muy gracioso, pero nadie lo deja en paz, todos a la vez le dicen: “¡¡ coja usted al niño, abuelo”¡¡, ¡¡ ande, cójalo ¡¡, por favor, ¿es que no podéis dejarlo tranquilo, que haga lo que quiera?, el es sabio. El abuelito, al final, accede, y me coge,-pues seguramente como cogía los melones en el campo- en sus ya frágiles, a la vez que duros brazos, sus manos desfiguradas y llenas de callosidades, ¡¡ pero si la criatura solo ha hecho en su vida, que trabajar de sol a sol,¡¡ ¿ahora también le vais a regañar porque no pone los brazos “así, entrecruzados”, para coger al niño, (o sea a mi),como dice la esa señora oronda, de las gafas?¡¡Y es que, por mas que me esfuerzo no entiendo, nada, a estos mayores.
Esta criatura que tiene casi un siglo de vida, es quien realmente necesita mas miramientos, mas cariño, mas mimos, mas delicadeza, mas atención y mas honores que yo, que llevo aquí en este mundo, tres horas menos cuarto, sin embargo, él, después de llevar toda su vida trabajando 20 horas diarias, ¿no es para tenerlo como a un Rey, pues, después de todo, el pobrecito mío, se lleva mas regañinas que mi santa hermanita.
Hasta ahora yo creía que el abuelo se llamaba "NO".Abuelo NO coma usted de eso, abuelo” NO”, beba usted vino, abuelo NO fume, abuelo NO se levante, abuelo NO….¡ pobrecillo mío ¡, sin embargo para mi, todo son agasajos, hasta la caca les parece que huele bien.
Por fin, ¡¡ que descanso, se han ido todos, y ahora que estoy cogiendo el sueño, vuelve a sonar el timbre, me pongo a temblar, porque seguro que son otros pelmas.¿Qué te decía?, y además estos vienen para que les quiten 6 puntos de golpe. “que niño mas guapo, le parece a su tío, no no, tiene toda la cara de su padre, que va que va, la nariz es de….” ¿ Y tuuuu,? el del cigarro, ¿no ves que me estás echando la ceniza encima, “cafre”, y luego dicen que porque llora el niño, ¿qué le pasará?, ¿ serán los gases ?, ¿será la barriguita?; pero claro, como uno no sabe hablar, ellos, tendrán que descubrir, que el único culpable del llanto, es este pantaloncito, tan mono que me han puesto.
¿Realmente son así de insensatos estos mayores?.
Venga darle al sonajero,¡estate quieto de una vez que me duele la cabeza del mismo sonsonete toda la tarde, hombre¡ y lo que faltaba: me ha pasado su dedo por la cara y es como si me la hubieran lijado.Pero lo triste de esto, querida cigüeña, según parece , es que yo, un día, también seré mayor, y pasaré a formar parte de este universo de adivinadores del pensamiento, echadores de, cenizas y salivajos a otra pobre criatura, que no podrá darme un puñetazo, porque aún no coordina bien sus movimientos, que no por falta de ganas.
Miro de reojo, al reloj de la pared (por cierto, que pesado ese cucu), veo que llevo en este mundo, 8 horas escasas, y ya visto lo fácil que resulta enfadarse.
Que aburrimiento, “cigü”, siempre lo mismo, solo que, voy conociendo caras nuevas.Hasta que un día, todo cambió, ¿sabes?, veo las mismas caras pero un poco distintas.Al abuelito le han hecho que se ponga una camisa blanca una chaqueta, y otra gorrilla de pana, (que por cierto no le debe gustar porque no para de quejarse).
Las titas, se han puesto unos labios nuevos, huelen distinto, se han cambiado los pelos y los titos también llevan trajes diferentes, y otro olor.Mi mami se ha puesto guapísima, pero, ella aunque no se ponga nada, es la mas guapa de todas, ( mi papá también…, pero un poco menos).Antes de que me de cuenta, me veo encima de la mesa camilla, manoseando por doquier, ya me quitan, ya me ponen, me echan polvos de talco en los güevecillos, (perdón), pero yo he oído a mi mami decirle al abuelito cuando va a comer : papá, te echo sal en los huevos?, entonces ¿Por qué a mi me echan polvillos de talco?, serán cosas de mayores, vaya usted a saber.Para no cansarte querida cigüeña, te diré que me han puesto “hecho un cromo”, con el batón hasta los tobillos, un gorro horrible en la cabeza, unos zapaticos de croché y todo el mundo hablando de no se que nombre para el niño.De golpe y porrazo, me veo frente mí, a un hombre con un batón como el mío, un libro en la mano y esperando a que llegue la gente (oigo decir).Ahora me coge en brazos una tita, que no para de moverme en sus brazos.¡¡ ea ea ea ea ea ea, que pesada ¡¡.
El tito agarra una vela gorda, que en principio creí que era para darle en la cabeza, (a la tita, porque no callaba), pero después pude ver que prefirió pegarle fuego (a la vela).Sin mi permiso, sin saberlo, y sin decirme nada, nadie, a partir de ahora ya no me llamo “que niño más guapo”, sino, rikito –para los amigos-
Cuando estaba quedándome dormido, el del batón, se me acerca, y me echa un cubo de agua fría por la cabeza, así sin mas, sin mediar palabra, y sin haberle hecho nada.
Que cabreo cogí ¡¡ pero miré un poco de reojo y ví a un amigo mío que estaba en una hornacina- se llama niño Jesús-, y le digo: oye Jesusillo, tu que llevas aquí mas tiempo, ¿esto es normal, o se están aprovechando de mi indefensión estos mayores?. Entonces mi amigo, ya me lo aclaró todo.Me di una vuelta con la mirada, mientras unos hablaban, otros miraban el reloj etc, me fijé en el abuelito, tenía la gorra en la mano, era el mas chuli de todos, no me quitaba el ojo de encima, y además le ví unas lagrimas, -que no se avergonzaban al recorrer su carita llena de arrugas, las mías eran porque me echaron agua, pero, a él, no le hicieron nada, ¿entonces porque lloraba?, con lo mayor que es, me daba mucha pena.
Mi abuelito, aunque es viejo y está arrugado, a mi me parece, muy tierno, sus arrugas son para contarle los años que tiene, como los troncos de los árboles, su mirada es junto con la de mami, la mas sincera de todas.
Cuando echó sus lágrimas, tardaron mucho rato en llegar a la barbilla, porque iban pasando de una arruga a otra, muy lentamente.El se sacó un trapo del bolsillo, se limpió para que yo no las viera, pero me contagió a mí, y también eché lágrimas como él, pero sin llorar.Cuando, pasó mi mami por su lado conmigo en brazos, me miró de una manera, que yo entendí como una despedida, pero no comprendí porque me miró así, si todavía me tenía que contar muchas cosas.Después fuimos a un sitio muy ruidoso, y mientras todos comían, bebían y se reían, el abuelito, me cogió en sus brazos, aquellos mismos que tantos y tantos haces de trigo segaron de sol a sol, para algún rico, a cambio de unas migajas, y poco mas. Se me acercó, me miró fijamente y volvió a echar más lágrimas. Hablaba, muy bajito, y aunque entonces no entendí nada, de mayor, seguro que te acordarás de todo, -me dijo-
Me quería mucho, porque me lo decía muchas veces, y me daba besos en la frente, sus manos duras como el suelo, eran tiernas a la vez, es como si fuera mago, solo con mirarnos, ya sabíamos muchas cosas los dos, y además, se que su cariño era verdadero, porque cuando me tenía en sus brazos no fumaba nunca, nunca.
Pero un día, en casa, fumó mucho y bebió mucho, y lloró, y decía algo de una herencia que yo no entendía. Después, otros días, también lloró, y fumó y bebió, y otra vez decía las mismas palabras que antes, mientras se balanceaba en su mecedora.Ayer, estaba dormido, en su sillón, y vino mami, a llamarlo para comer, pero el abuelo no quería despertarse; mami le decía muy fuerte:” papá papá,” pero el abuelito seguía dormido, “déjalo que duerma, mami”, le decía yo, pero a mi no me escuchaba, solo me oía el abuelo, y ya no se despertó más porque estaba muy cansado de estar 90 años trabajando.
Mami le quitó la gorra, y le daba muchos besos, pero también lloraba mucho.
Mientras vino mi papi, estuve hablando con el abuelito un rato, sin que nadie nos viera y me contó muchas cosas bonitas… me dijo que no lloráramos nadie, que él había ido a ver a la abuelita que estaba muy sola, y lo llamaba mucho, que yo era un campeón y que cuando quisiera decirle algo que se lo preguntara, que me contestaría, que no peleara con mi hermana, que mami era muy buena y papá, y que le diera de comer a canuto (un perrito) cuando ladrara, porque él se iba con el papá de mi amigo Jesusillo (el de la hornacina).Entonces, abuelito, ¿Cuándo me vuelvan a llevar para echarme mas agua, te veré en la casa del hombre del batón, no?, No hijo- me dijo- en adelante, yo te veré, pero tu a mi no, cuando seas mayor, lo entenderás, “ pero es que yo no quiero ser mayor abuelito”, yo no quiero echarle salivajos a un bebé, ni ceniza ni entender a los mayores, pero el abuelito se reía, -ya lo entenderás hijo ten paciencia, me decía.Vino mucha gente, con las caras muy tristes, a mi me llevaron a casa de una tita.
Cuando volví a casa, mi mamá tenía puesto un traje negro, el abuelito no estaba en su mecedora, pero yo lo vi, y lo llamé para que me cogiera, él me dijo que ya no podía, que no tenía fuerzas y que me caería al suelo, entonces me dio un beso en la frente como siempre, se reía un poco, ya no lloraba, porque estaba al lado de una mujer vestida igual que mamá. Ella, también me dio un besito y me dijo: “mi niño, que guapo eres”, me cogió las manos, me acarició muchas veces; tenía una sonrisa muy bonita, como la del abuelito. Después se fueron sin dejar de mirarme, cogidos de la mano y con la otra la movían como yo, para un lado y para otro…¿tú también tienes abuelitos, cigüeña?, son chulis ¿verdad?.
Y esta carta, es solo, para agradecerte que me hayas traído a este hogar, de este mundo de andar por casa.
Un besito mío y otro del CORONEL.