RETRATO DE LA “SOBERBIA”
“ ES ENDIOSADO, Y ENGREIDO, SE VALORA SOBRE MANERA A SI MISMO, Y ANULA CUALQUIER POSIBILIDAD DE APRECIAR, ADMIRAR O COMPRENDER A LAS DEMAS PERSONAS”. (Esta, podría ser una definición, de la soberbia).
Si aplicamos la palabra “soberbia”, a algo cotidiano, por ejemplo una comida, un vino etc, estamos elogiando magníficamente lo referido.
En cambio, si tachamos a un ser humano de soberbio, estamos haciendo una severa crítica de esta persona, ¿cierto?.
La soberbia humana es ofensiva, molesta e hiriente.
La persona aquejada de soberbia, considera a los demás, inferiores, enemigos y les procura un trato humillante, en acción u omisión.
El soberbio, nunca admite sus errores, se obstina en llevar la razón en todas las circunstancias, se cree el poseso de la verdad, considera que las críticas o los consejos ajenos son fruto de la envidia, o la enemistad.
Basa todas sus acciones en el convencimiento de su propia excelencia, que a su vez, se alimenta del menosprecio a los demás.
No conoce el antídoto de la humildad, pero tampoco el de más elemental auto examen.
Existe un orgullo positivo, que nos permite apreciar y cultivar lo bueno de nosotros mismos, y nos enseña a valorar lo conseguido por el propio esfuerzo, ¿verdad?, pero la soberbia es un defecto se mire por donde se mire, ni para su portador tiene nada de provecho.
El soberbio, crece a medida que aumenta su propia estima a costa del rebajamiento ajeno.
Se va construyendo EL mismo, un monumento, desde donde mira con desprecio a los demás.
El soberbio, nunca se equivoca, jamás yerra, y jamás comete faltas, no admite críticas, ni tampoco consejos.
Disfruta menospreciando, avasallando, y humillando a los demás.
Se idolatra a si mismo.
Es prepotente y arrogante.
Es engreído, desprecia cuanto le rodea, como afirmando su grandeza.
No reconoce virtudes ajenas.
Su corazón, late entre la envidia y el odio.
Nunca aprende de sus errores.
Tampoco conoce la humildad
La palabra “YO”, es su máxima incondicional.
No sabe utilizar el “NOSOTROS”, no entra en sus formas.
Con su “YO”, reclaman devoción, subordinación, pleitesía y acatamiento permanente de los demás.
El, preside, siempre.
Planea sus actuaciones, con premeditación, alevosía y nocturnidad, sin titubear.
Es maquiavélico en sus acciones, y odia a quien le pueda hacer sombra.
Lejos de ser inteligente, puede ser listo, muy listo.
El soberbio no es igual que el vanidoso, este último es frágil, y busca en los demás el aplauso.
El soberbio, sin embargo, puede rechazar incluso el elogio, puesto que desconfía hasta de él mismo.
En su arrogancia, el soberbio, se crece ante las críticas, porque está persuadido de ser el mejor y de que es el único poseedor de la verdad absoluta, siempre.
Decía Quevedo: “la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió”.
La soberbia………… ES UNA ENFERMEDAD DE LA MENTE HUMANA, Y COMO TAL, NECESITA DE TRATAMIENTO. (digo yo).
Moraleja: Si miras a tu alrededor, te sorprenderás de la cantidad de personas aquejadas de este mal, y que además, lo ignoran.
Si eres su amigo, intenta ayudarles, y le evitarás una caída aún mayor en su futuro.
Consejos del Coronel.
Suerte y saludos.
jueves, junio 12, 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)