CARTA DE ANTOÑILLO (UN SOLDADO) A SU FAMILIA
El Aaiún un día deOctubre del 75, a las puertas de la “Marcha Verde”.
“mi Zaento, puede usté escrebirme una carta?”.
¡¡ claro, hombre, en dos minutos estoy contigo ¡¡ le contesté-.
Se llamaba Antoñillo, era pastor en las sierras de Loja, -me dijo-
Vivía en un cortijo de la misma serranía, con sus padres, abuelos y hermanos.
Le tocó la mili en el Sáhara.
Después de hacer el periodo de instrucción, en el B.I.R., lo destinaron al Regimiento Mixto de Ingenieros, a la compañía de zapadores, donde yo le conocí.
Mediría uno cincuenta y tantos o sesenta como mucho, pelirrojillo, con pecas, fuerte como un toro, de complexión “rural”, casi siempre con un “celtas emboquillao”, consumiéndose en la comisura de los labios, se calaba la gorra de atrás, hacia adelante, con lo cual, la visera, se le quedaba encima de la frente, por el nacimiento del pelo, y apuntando al cielo.
Lentejas ¡¡¡ le pusieron los veteranos de mote, por la cantidad de pecas que tenía.
El resto de la indumentaria, pues……., un poquillo ancha, ya que la sastrería militar, tenía unos tallajes un tanto especiales, y se entregaba la ropa, ¡¡a medida¡¡, a medida que ibas llegando, por tanto después había que intercambiar entre unos y otros, pero siempre hay a quien el cambio no le viene bien, como era el caso de Antoñillo, (con su gorra 2 tallas mas grande, que le dejaba solo media oreja visible), así que el mismo tuvo que hacer de costurera improvisada, y se “arregló” bastante bien sus mangas y perniles del uniforme. –con todo ello, aún era motivo de alguna que otra risilla inevitable, sobre todo por la prenda de cabeza-.
Ahora, casi nos cuesta trabajo creer que un joven de 20 no sepa leer ni escribir, pero entonces era bastante frecuente, por desgracia, pero en cambio se desarrollaban otros sentimientos como el compañerismo, por ejemplo, en su mas amplio sentido.
Entramos en una habitación aledaña al bar del soldado,“Quítate la gorra aquí, Antoñillo, que estamos en sitio cubierto”, ¿y porqué hay que quitarse siempre la gorra dentro de las casas, mi Zaento?, - pues hombre, porque está escrito en los libros que dicen como hay que hacer las cosas, mas que nada por el respeto, ¿sabes?. ¡¡¡ ahhhhhhh ¡¡¡¡ me contestó.
“vamos, siéntate aquí a mi lado y ve contándome, y ¿Quién lee la carta en tu pueblo a tus padres?, -le pregunté-, pues seguramente, don Celestino, que cuando vaya mi máma a misa, se la llevará.
Mis queridos padres, abuelos y hermanos, espero que al recibo de esta, estén todos bien de salud, yo por aquí quedo bien, a Dios gracias.
-Mi Zaento, tiene usté que poner una cruz arriba del papel, antes de empezar a escribir ¿no?.
Coño¡¡ me dije, pues ahora que caigo es cierto que eso se hacía, antes, pero que casi ni me acordaba., -llevas razón Antoñillo, se me había pasado.-
Pápa, tengo muchas cosa que contarsus –contaros Antoñillo-, gueno, yo lo digo como se y usté ya lo escribe como se diga.
Ya hace un mes casi juré la bandera. Ya tengo bastantes amigos, aunque algunos van destinaos a otros sitios del “zájara” (Sáhara), mas lejos que yo.
A mi me ha tocao en la Compañía de “zarpadores”,- zapadores, Antonio- gueno, ezo, mi zargento. Mis amigos son de casi to España, gallegos , madrileños ,sevillanos y de mas sitios. Los gallegos hablan como Don Celestino (el cura), que es de Madrid o por ahí.
Máma, la ropa que “mandao”, le viene bien a Pepe “el ubio”, -¿Quién es Pepe “el ubio”?.le dije- , “ese es un gañan de Loja, mi Zaento , que mide lo menos dos metros, y mi pápa le dice “el ubio”. Ahhhhhhh, está bien Antonio. (el ubio, es un yugo para bueyes y también para mulos)
Seguimos: yo le dije al Brigada de la Intendencia, que me la cambiara por otra mas chica, pero me dijo que esa es la que hay , andando y a callar, y no puedes protestar, porque te pueden meter en el calabozo, ¡¡ hombre Antoñillo, en el “cala”, no te van a meter por esas cosas, no digas eso que se va a creer tu familia otra cosa ¡¡¡, gueno mi Zaento, pues ponga usté que en el calabozo hay muchos “lejonarios” –legionarios Antonio-, con unas barbas que se las pisan, y que nos llaman pistolos, y nosotros a ellos “grifotas” porque se fuman la grifa, que es paecío al tabaco, pero que huele a yerbaguena y te ajumas con dos cigarrás.
Aquí en el Desierto hay mucha arena y piedras, no vaya usté a creer, que to es playa, como en la postal, y las piedras achicharran cuando las calienta el sol.
Ya he hecho 4 guardias, pero son mu fáciles, porque es dos horas de pié con el fusil, y después te vas al cuerpo de guardia y puedes sentarte o lo que quieras.
Dormimos en una compañía que es como una nave grande, como la del BIR (el campamento donde juró la bandera),que tiene las literas a los laos, y en el centro, las taquillas, y allí dormimos ciento y pico, -98 Antoñillo- gueno ezo.
Máma , ¿sabe usté que la compañía brilla como que se yo?, los sábados tenemos zafarrancho, y tenemos que dejar la compañía como un jaspe.
Primero la barremos, después la fregamos, y aluego, ponemos una manta vieja en el suelo, encima un colchón de borra, y encima se tumba un soldao, que siempre le toca a un veterano y luego otros van tirando pegotes de cera y otros detrás, restregándola con papeles, y al final, otros tres o cuatro se agarran a la manta, y van tirando de una punta a otra de la compañía, hasta que de tanto pasar se le saca brillo, pero brillante, porque ademas el veterano (que va encima del colchón tumbao), siempre dice:”haya que darle otra pasada, que si no el cuando pase la revista el zargento a ser peor”.
Por la noche hacemos la “maginaria” –imaginaria- que es también dos horas dando vueltas por la compañía por si alguien se pone malo, y a los que roncan hay que menearlos pa que se callen, y por la mañana tienes que despertar al Zargento de semana, el primero.
Antoñillo, ¿Por qué tanto detalle, hombre?, es que mi pápa no hizo la mili y no sabe na desto, ¿sabe usté?, ahhhhhhhhh, bueno , hombre.
Na más levantarnos, nos cuentan y nos vamos a “sayunar”-desayunar- con su café del gueno , y otras veces el tody (parecido al colacao), después vamos a la “ignacia”,-gimnasia-, y aluego a lastrución – la instrucción-.
Algunos días lastrución, que nus toca, es poner alambrás, y bombas enterrás que se llaman minas, pero que no explotan porque son de maera, y vamos al tiro también, pero aquí, las balas si son de verdad, y aluego tengo zumbío en los oídos tol día.
Aquí se come mu bien, máma, no se procupe usté por mi, además yo siempre me llevo un chusco (bollito de pan), pa luego a la tarde, que me compro una lata de atún en la cantina y una fanta, y meriendo con los amigos.
Algunos días por la tarde, salimos de paseo, pero como hace mucho calor, mejor me que en el cuartel con los compañeros.
Aquí las casas no tienen tejaos, son planas por arriba, tienen terrazas, y to lo que hay son moros, con chilabas, que les llegan hasta los tobillos, pero me ha dicho mi zargento, este questá escribiendo, que es mejor eso que las mangas cortas, porque así no te quemas del sol, y no zuas tanto, porque el aire da gueltas por el cuerpo, ¿no mi zargento?, -mas o menos Antoñillo, mas o menos.
Me he apuntao a la extensión cultural, que es a las 6 de la tarde, y nos enseñan a leer, escribir, y a las cuentas.
Pápa, el otro domingo, salimos un poco mas lejillos, y fuimos a ver los camellos, que aquí hay por to las partes, y son mas grandes que los caballos, con un pescuezo mu largo, llevan una joroba en la mitá del lomo, de verdad, tienen la boca mas grande, y la dentaura mas peligrosa, aquí dicen los de tropas nómadas que lo mejor es no acercarse a estos bichos porque tienen malas pulgas, pero también deben ser guenos animales, porque se “jincan” de roillas, pa que se pueda uno subir .
Un amigo de Málaga, que está con los camellos, me ha dicho que un día me dará una vuelta en uno mas viejecillo.
Mi Zaento ¿estará usté ya jarto de escebir no?, ¡¡ hombre, un poquillo si ¡¡ pero lo vamos a dejar, por esta vez, que de lo contrario no te va a quedar na pa otro día, ¡¡. Que vaaaaaaa, si tengo un montón de cosa pa contar., pues entonces te despides aquí ¿no?, vale,.
Mama, que cuando mescriba, a ver si me podéis meter 20 durillos en la carta, que me vendrán mu bien.
Y ya acabo dándoles un abrazo, que se cuiden, y que me escriban pronto.
Al poco tiempo, a primeros del 76, cuando se entregó el Sáhara, Antoñillo fue a terminar su mili a las Palmas de Gran Canaria, y según me dijo el soldado maestro de la extensión cultural, terminó escribiendo perfectamente y leyendo muy bien, yo nunca mas supe de este pastor, que estoy convencido será una gran persona donde esté, puesto que lo básico ya lo tenía el como persona, y su formación escolar solo pudo contribuir a reforzar sus valores., era un personaje entrañable, un saludo Antoñillo, de tu “zaento”.
EL CORONEL
domingo, marzo 18, 2007
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