UNA REFLEXION PARA LA JUVENTUD, Y PARA SUS PROGENITORES.
Puede ser perfectamente, el Bus de cualquier otro pueblo de esta nuestra plural España.
Uno, que quiere contribuir con el ahorro de energía, protección del medio ambiente, y del bolsillo también, porque no, haciendo uso del transporte público, en la manera de lo posible.
Algunos días, coincido en mi horario, con el de “ los/as instituteros/as”, (en adelante:los), a eso de las 8 de la mañana, los cuales llenan el Bus, eceptuando algunas personas mas mayores que también hacen el trayecto.
Los cincuenta y tantos asientos que tiene el vehículo, los ocupan estos jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y 15 años, calculo.
Ayer, subió una mujer con dos muletas, y un tobillo tamaño elefante.
Detrás, subió un matrimonio, cercano a los 80.
Cuando el autobús, emprendió la marcha, faltó nada, para que este matrimonio fuera al suelo, el susun cordan, la chica de las muletas y yo mismo, que me agarré a una barra “salvavidas”, como pude.
El trayecto, repleto de curvas, era un martirio para estas 2 criaturas, que no sabían donde ni como ponerse, para no ir al suelo.
Yo miraba de un lado a otro, a los jóvenes, intentando levantar con la vista a alguno de tantos. Ellos, sin embargo, permanecían inalterables, móvil en mano, o auriculares en la oreja, perfectamente ensimismados en su mundo.
Tampoco le dije nada a ninguno, porque un minuto antes, una señora, pidió que le cedieran un sitio a estas personas, y el “sin- vergüenza” (digo SIN, porque no tenia), le contestó a la mujer: “que hubieran venío antes”, y se quedó tan pancho el “angelito”.
De lo que a mi entraron ganas en ese momento es fácil adivinarlo, y también cuales hubiesen sido las consecuencias, por tanto decidí morderme la lengua.
Un frenazo del coche que nos precedía, llevó a la pobre anciana al suelo, a la chica de las muletas, y otra vez al susun cordan.
El pobre anciano cayó de bruces encima del simpático “angelito”, yo mismo me tragué la mochila de la joven que estaba delante de mío, que casi me disloco el hombre izquierdo.
Como pude, fui rápido a socorrer a la anciana, que se quejaba de dolor.
Absolutamente ninguno de nuestros futuros mandatarios, hizo nada, que no fuera soltar una carcajada.
El comentario de los chicos de la parte trasera , lejos de mostrar la mas mínima preocupación, fue de : “coño que hostia sa dao la aguela” .
Pues si antes me entraron ganas de soltar un manporrazo, ahora………
Cuando levanté a la señora anciana, estaba blanca, la pobre mujer, llorando porque le dolía el hombro, la conseguí poner en pié, como pude la consolé, y casi en mis brazos la sostuve, lo que quedaba de trayecto.
Ya no me pude contener, y le dije al susodicho chaval : oye, ¿te importaría dejar a esta señora que se siente donde estás tu?.
Y el hijo de la grandísima ….puta, me dijo: “si ya vamos a llegar”.
Y por supuesto no se levantó.
Desde el dedo meñique del pié, hasta la nuca, me recorrió un escalofrío parecido o igual al que nos entra, cuando nos muestran la foto de un terrorista.
Tuve que respirar profundo, unas cuantas veces antes de hacer o decir nada, y conseguí las dos cosas, a Dios gracias.
Todos miraban como si eso fuera cosa de viejos, o yo que se, ¿que pensarían esos desgraciados?, por supuesto con alguna carcajada recordatoria de la caída.
Hasta aquí, podríamos decir que todo es “normal”, dentro de la mas absoluta anormalidad, viniendo un sector de la juventud, pero mi indignación mas absoluta viene cuando en la penúltima parada, una se…… (iba a decir señora), una mujer, que vió todo como transcurrió, y que se agarraba al respaldo de un asiento, dijo: “vamos Javi”, y allá que se levantó un proyecto de obesidad mórbida, fruto de la comida basura, que se levantó, cogió su mochila, y se dirigió con “mami”, a la puerta del bus.
Y aquí viene la moraleja.
¿Realmente son estos chicos los culpables de esa actitud?, padres y madres como la de nuestro “Javi”, ¿tienen algo que ver en esto?, ¡¡¡ TODO ¡¡¡
Pues visto lo visto, agárrate que vienen curvas.
Os pido una reflexión seria y actuar consecuentemente con vuestros hijos.
Una saludo de tu amigo
EL CORONEL
martes, marzo 06, 2007
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