martes, abril 10, 2007

LAS PROCESIONES Y LAS " YOLIS "

LAS PROCESIONES Y LAS “ YOLIS”


Ya se que no hay ningún paso con este nombre, ¡¡hasta ahí llego ¡¡ no me echéis la bronca, que ahora me explico.
Antes de nada quiero dejar claro que o quien es una “YOLIS”.
Según el diccionario Granaino YOLI se refiere a la niñata de la periferia granadina, con ropas de lo mas variopinto, y salidas de la misma peluquería, los ojos pintados con rabos exagerados. Su físico, va, desde una delgadez casi famélica, a una gordura-sebosa, que no hay que adivinar, porque suelen llevar “sus carnes de flotador a la vista”, como lucimiento del sebo. (Debe ser).
Su diálogo-berborrea, raya la contaminación acústica, por lo elevado, y por su contenido, ya que la YOLI, también se distingue, porque, en dos de cada tres palabras que dice, aparece el término “pollas”.
Gustan estas señoritas, de ir acompañadas de jóvenes lumbreras, “LOS YOLOS”, licenciados en expulsiones de los Institutos, que auguran un prometedor porvenir delictivo, que nunca han trabajado,(ni trabajan), que nunca han estudiado (ni estudian), sin la mínima vocación hacia la cultura, los buenos modales o la vergüenza.
Bueno, pues una vez descrito, el arquetipo de personas a las que me voy a referir, paso al detalle procesional.
Estaba yo viendo una Procesión, el otro día, en cuarta o quinta fila, mas o menos y en la espera hasta ver pasar el Trono, dos viejecitas, menuditas ellas de tamaño, querían cruzar, a la otra parte, como hacemos casi todos, y el que no lo haya hecho que tire la primera piedra.
Poco a poco fueron escalando puestos, pidiendo el consabido “por favor, me deja pasar”, pero cuando llegaron al último escollo, lo que para un escalador sería llegar a la cima, se tropezaron, con que la primera fila, la flanqueaban cuatro criaturas de las descritas al principio, dos ellas y dos ellos.
Las señoras, como hicieran anteriormente, pidieron permiso, y entonces fue cuando una de las “YOLIS”, volvió la cabeza, miró con desprecio a las ancianas, y soltó, como es común en su verborrea un : “ y er coño de las viejas, que no ze paza¡¡¡”
Las pobres se quedaron allí sin decir nada- al menos yo no lo oí- y tampoco pudieron pasar, puesto que entre los cuatro insurrectos, hacían una pantalla mas que suficiente como para no impedir el paso.
Después, se acercaron dos parejas de alemanes- por el habla, digo – y yo les puse en sobreaviso. Que pueden ustedes pasar, pero que ahí delante hay problemas.
Efectivamente así fue, al llegar a la “muralla”, se volvió un “YOLO”, miró parriba al extranjero : “ cago en zu puta madre, otro ilipillas, aaaess”.
El hombre se volvió, y me indicó con su reloj que tenían la cena, en el restaurante de enfrente y no podían pasar por ningún sitio.
Al final, como pude le expliqué, que volviesen dos callas atrás, donde hubiese pasado ya el trono, y sería mas fácil.
Yo espero que este hombre no entendiera al YOLO, y si no fue asi, espero que no piensen que todos los “ispanich”, nos miramos en el mismo espejo que estos personajuchos de tres al cuarto.
Como la espera fue larga, al menos fue entretenida, y no faltó quien quiso ponerle a los cuatro los morros calientes, que tampoco hubiese estado mal.
Deduje, que eran costaleros de algún Trono, porque en su casi inantendible berborrea, pude oír algo así como que “nuestra víen mola mas questa, aaaes tía¡¡¡”.
Visto lo visto, y oído lo oído, me alegro de no ser costalero, por no tener “compis”, de esta calaña.
Esta vez, os invito que seáis vosotros lo que le pongáis la moraleja.

Un saludo
EL CORONEL

1 comentario:

Anónimo dijo...

Afortunadamente, todavía hay gente que es consciente de lo que supone el turismo para Granada en Semana Santa y no trata a los extranjeros (ni a la gente a la que mayor a la que se le debe un respeto) de este modo.
Es más, en otra procesión estaba yo esperando a que pasara en trono (con más frío que un Ñu en el Polo Norte) junto tres guiris (de buen ver) que se comportaban como si estuvieran en la grada de un partido de fútbol (yo creo que le hicieron fotos a TODOS los nazarenos y a alguno más de una) y aun así un hermano mayor se les acercó para darles una estampita de la imagen en cuestión quedando ellas tan contentas.
¿Seremos capaces de mantener nuestra fama de hospitalidad?