EL JAPONES QUE ORINABA ENTRE DOS CAMIONEROS
Era un día de esos “normales” en el trabajo de mi amigo Freddy.
Grababan en Sevilla para una Televisión Japonesa, y como dice el refrán que en todos los trabajos de fuma, también en este caso, se horina, que no fue ni mas ni menos lo que pedía el cuerpo, después de unas cuantas horas sin parar.
Estas criaturas, van como locos, y ni de eso tienen tiempo; tuvieron que esperar a terminar lo que hacían, subirse en la monovolumen ( ¡¡ QUE NO, “FREGONETA” , de mi amigo Freddy¡¡) y en la primera estación de servicio pararon porque ya no había ser humano que aguantara un segundo mas.
Lo que cuento a continuación puede que suene a “coña marinera” –que diría un gallego-, pero estas cosas verídicas, solo pueden pasarle a mi amigo, como le ocurrió con el mono en Gibraltar.
Vamos a imaginarnos la situación:
Paramos en el área de servicio, medio en condiciones, en tema de W.C. - pero lo mismo que nosotros, habían pensado un grupo de japoneses que viajaban en autobús -, nos vamos hacia los servicios con la mano en el primer tiempo de la bajada de la cremallera, que seguidamente dará paso al feliz evento.
Nada mas entrar, nos encontramos dos filas de urinarios, - una a cada lado – llena de Japoneses, con su costumbre “a mano”.
Ya, en la “antesala” de los servicios, casi me tira al suelo un señor mayorcete, que con la mano en su “portañica”, y cara de espantado, salía escopeteao y juraría que ni le cambió “el agua al canario”.
Nada mas, abrir la puerta, reaccioné como si me hubiese dado de bruces con un espejo, y entendí rápidamente porque corría despavorido aquel anciano, sin haber hecho su necesidad.
“COOOOOÑÑÑÑOOOO” ¿Qué es esto?, cada cual miraba pa donde Dios le daba a entender, otros silvandillo algo, otros con el cuello vuelto, cual mochuelo en un olivo, y cada uno afanosamente, mano a su tarea.
Me quedé inmóvil unos segundos. con la mano donde mismo la traía, sin haber abierto ni un milímetro la susodicha portezuela, la boca abierta, cara de haba, y frente llena de arrugas, porque , ¡ claro ¡, uno no está acostumbrado a ver esto desde que se acabó la mili - la madre que me parió, que corte- ¿y ahora que hago yo?.
Resulta que los japoneses (pueblo al que envidio muchas cosas), tienen la costumbre de bajarse los pantalones hasta las rodillas, cuando van a hacer pis, no solo en casa, sino en cualquier sitio público, es su costumbre y respetable a todos los efectos, pero ni que decir, que rara pa nosotros, (aunque como todas las costumbres, esta, también se está perdiendo cada día mas,) por tanto nos hallamos ante unos cuantos culetes al aire, y una bajada de pantalones sin precedentes para mi.
Mientras se despejaba el lugar- pensé-, me salgo, a tomar un café, espero un poquito apretando las nalgas, y vuelvo entrar cuando haya menos marineros en el barco.
Entré de nuevo, busqué un hueco, y me tocó al lado de un español – digo que era español, porque no tenía los ojos rasgados, era camionero y sacaba un par de cabezas larga a su “vecino” de micción.
La situación:
Según entramos, en el lado derecho, yo, en el urinario del rincón, a mi izquierda, el cacho camionero, a su izquierda el japonés , a la izquierda de este el compañero del camionero, uséase, otro lebrel, de uno noventa y mas de 100 kgs., de los de antes, y la izquierda de todos, mi amigo Freddy.
Se me olvidaba un detallillo.
No se porque extraña razón muchos de estos amigos de oriente, tienen la costumbre de mirar descaradamente a sus vecinos de miccionarios, es decir; lo que nosotros hacemos silbando, ellos lo hacen mirando, lo cual es harto chocante pa nosotros. AUNQUEEE, los que no tenemos los ojos rasgados, a la vez que silvamos, también nos damos unos “reojazos” de padre y muy señor mío, no vayamos ahora a ser mas papistas que el papa, ehhh ¡¡¡¡¡¡
Como, este amigo nuestro, no era menos, pues miró, a izquierda y derecha, en dirección al aparato miccionador de sus dos “compis”.
El que estaba junto a mi dijo: “y la polla el chino este, ¿que pollas mira?, claro que el “chino”, ni se enteraba, y le correspondía con una sonrisa, “cago en la vin, y encima se ríe el ilipollas” remató el camionero.
El otro armario empotrado, le decía a su compañero, - por encima de la cabeza del “chino”, :”estos chinos son ilipollas, compae, le está salpicando en la cara y después de to se rie”.
-yo me partía el culo de la risa, por dentro-
Pero aquí no termina la cosa.
Se me olvidaba otro detallillo.
Resulta que otra de las “costumbres” curiosas de estas criaturas, está ,la de “peerse”, ¡¡ si hombre ¡¡ tirarse cuescos como todo ser humano, ( ¡¡ vamos ¡¡ que nosotros estamos libres de pecado ¿no?.
Mi suegro, sabio como todas las personas mayores, decía un refrán : “el que va a mear y no pee, es como el que va a la escuela y no lee”.Por tanto este pobre hombre, japonés no hizo nada especial, simplemente se sumó al refranero español, e hizo lo que todos hacemos, dar rienda suelta a los gases contraídos en nuestro cuerpo serrano, y ¡¡ zaaaaaca ¡¡
Metano y otros innobles, encontraron rápidamente una de las dos salidas que tenemos, y allá que salieron a toda velocidad, por la mas baja, y cercana, avisando con su ruido, lo que podría venir después del trueno para no coger desprevenido a nadie (si hubiese estado operado de una fístula, seguramente se le hubieran escapado los puntos, a la criatura).
Pero lo realmente increíble, fue, imaginar como había podido hacer ese ruido tan grande un cuerpo tan chico.
Los camioneros se miraron, y… “cago en los muertos del chino de los cohones”, que guarro es, y luego dicen que los españoles,, aeeeeehhh “.El japonés, no solo no se inmutó, sino que les hizo un par de reverencias con la cabeza, les sonrió de nuevo y ahí fue donde intervino mi amigo Freddy : “mira, perdonad, pero es que los japoneses tienen esas costumbres, tanto de bajarse los pantalones, como mirar, y tirarse un cuesco cuando mean”. ( ¡¡ vamos ¡¡ como si nosotros tuviésemos otras distintas).
Pero a aquellos “reyes de la carretera”, no les convenció mucho esta disculpa ajena, y siguieron erre que erre, con que eran unos guarros.
Ya metidos en harina, dice otro refrán : “el que mea claro y pee fuerte se ríe de la muerte” ; uséase, que eso es señal de que los riñones filtran bien y que el estómago está “fuerte”, por tanto, no creo que sea tan absurdo preocuparse por la salud de nuestro prójimo y “observar” si tu vecino de “meada”, está bien de drenaje, porque de estómago no hace falta nada mas que escuchar el sonido de su “salud”, (ya, el olor es otra historia).
Después de la “sacudida”, último movimiento de la micción, antes de meter el pájaro en la jaula, me quedé un poco, silvandillo, porque la cosa pintaba gracia, y después de salir uno a uno de los urinarios, quedaron dentro los dos ”artistas del volante”.
Desde la puerta, oí perfectamente, el tronar de los gases de alguno, o de los dos gorilones que se lavaban la cara, los brazos, otro par de garfadas pa la cabeza serrana, y mientras se acicalaban, carraspeaban buscando afanosamente ese “pollo” mañanero que se resiste a salir de la garganta. (pero que quede bien claro que los guarros son los “chinos de los cohones”) ¡¡¡faltaría más ¡¡
La pregunta hubiese sido : ¿“es que tu perro no caza”?.Menos rasgamos las vestiduras, seamos un poco menos hipócritas, y reconozcamos también nuestros defectos y errores, que los tenemos.
Nuestro perro :“también caza”.
Y haciendo alusión a un epitafio que ví en un cementerio, decía “Por aguantarme un peo, así me veo”.
Moraleja: Yo también, como el japonés, prefiero perder un amigo, que la vida, y si no es amigo, pues con mas razón lo hago y lo digo.
Que seáis felices.
Vuestro amigo
ELCORONEL
domingo, octubre 21, 2007
martes, junio 26, 2007
COMO HACER PIS VESTIDA DE GITANA Y NO MORIR EN EL INTENTO
COMO HACER PIS, VESTIDA DE FARALAES,
Y
NO MORIR EN EL INTENTO
Juro por mis muertos que todo cuanto cuento en adelante, acaeció en mi Villa, un tres de Mayo, 2006 años después de Cristo, a una no menos ilustre y genuina vecina, y que transcribo tal cual pronunciaba ella, palabra a palabra, el siguiente hecho, y cuya vida Dios guarde muchos años.
Es importante que entremos en escena para entender lo que pasó esta criatura un día de la Cruz en Granada.
Era sobre medio día, y tomábamos unas cervezas en un bar, como es propio de ese día tan “granaino”.
La protagonista de la historia, no estaba con nosotros, pero nos consideramos buenos amigos.
Ella entró después con su pareja y otras más, todos/as vestidos de faralaes (antes se decía de gitana, como ustedes gusten).
Después de los pertinentes saludos, y las cervezas de rigor, los pies estaban cansados y decidieron- ellas – tomar asiento junto a nosotros.
Las idas y venidas al W.C. eran constantes, de casi todo el mundo, ya que sabido es, que los riñones filtran bien después del zumo de cebada, y la vejiga aguanta poco.
Nuestra amiga se levantó, en busca del “miccionador”, -como otra mas- pero tardaba mas de la cuenta en salir.
Yo llegué a preocuparme un poco, porque no era normal tanto tiempo en salir del cuartito.
En un metro cuadrado aproximadamente, aquellos albañiles de entonces, lograron encajar un inodoro, un lavabo pequeño, ( con sus grifos y todo), un espejo, un porta-rollos (inservible), un secador de manos eléctrico, un aparatito de los de espantar las moscas (ahora modernamente se llama, desinfección, desratización y desmosquitación, ), un interruptor y una bombilla, y por si esto fuera poco, ¡¡ la puñetera puerta, abre hacia adentro ¡¡ ea, ahí es ná, y todo eso en 1 metro cuadrado escaso.
Nuestra amiga, venía roja como un tomate, sudando, y cagándose literalmente en la madre que parió al demonio, (suele ser lo mas socorrido).
“ ¡¡ por poco me meo encima, coñó ¡¡” soltó.
¿Qué te ha pasao? – le preguntamos-
“Pues que pa empezar, no podía cerrar la puerta, porque con tanto vestío, me lo pillaba con la puerta, cuando al fin consigo cerrar, me inclino un poco hacia delante, pa echarme el vestío a la espalda, y ¡ coño ¡, me pego con la peineta en la puerta y me la he clavao aquí debajo de la nuca, en las cervicales, que me ha hecho un daño que sus muertos.
Con la cabeza torcía mirando al rincón, como pude, intento bajarme las bragas, y ¡¡ cojones que no bajan ¡¡, venga darle tirones y nada de nada, y que me meaba encima y que no había manera de bajarlas, era como si las tuviera clavadas en el ombligo.
Me inclino un poco, con la intención de ver que pasaba allí delante que impedía la maniobra. Agacho la cabeza pa mirar, y ¡¡ cojones ¡¡ otra vez el coño la peineta choca con la puerta y me la clavo en el mismo sitio, me cago en su puta madre.
Ya no me atrevía a bajar la cabeza de nuevo, así que me puse derecha y mirando de reojillo pa bajo, me doy cuenta, que el mantón de Manila, pa que no se me cayera, lo cogí con un imperdible (u laña), al vestido, aquí abajo, - un poco mas abajo del ombligo- y se ve que también me enganché las bragas. A punto de haberme pinchao en la barriga, ya ves.
Pero como en la polla de Water ese tan chico no hay espacio pa ná, mientras me quitaba la laña me estaba meando, así que me meao la mitad dentro y la mitad fuera, y pa colmo había que secarse el chichi con secador eléctrico porque no había papel, ¿Cómo pollas se hace eso, porque por mas que pegues el culo al aparato no hay manera?, ¿Os parece poco lo que me ha pasado en un ratillo?, ¡¡ que jartura de vestío de gitana ¡¡ .
Concluyó, nuestra entrañable y expresiva amiga.
Ni que decir tiene que, nos dolía hasta el alma de la risa.
Moraleja: Lo mejor es no vestirse de gitana, y si lo haces, llévate los deberes hechos de casa, por si te tropiezas con un W.C. de metro cuadrao.
Un besico…… y mear tranquilos.
EL CORONEL
Y
NO MORIR EN EL INTENTO
Juro por mis muertos que todo cuanto cuento en adelante, acaeció en mi Villa, un tres de Mayo, 2006 años después de Cristo, a una no menos ilustre y genuina vecina, y que transcribo tal cual pronunciaba ella, palabra a palabra, el siguiente hecho, y cuya vida Dios guarde muchos años.
Es importante que entremos en escena para entender lo que pasó esta criatura un día de la Cruz en Granada.
Era sobre medio día, y tomábamos unas cervezas en un bar, como es propio de ese día tan “granaino”.
La protagonista de la historia, no estaba con nosotros, pero nos consideramos buenos amigos.
Ella entró después con su pareja y otras más, todos/as vestidos de faralaes (antes se decía de gitana, como ustedes gusten).
Después de los pertinentes saludos, y las cervezas de rigor, los pies estaban cansados y decidieron- ellas – tomar asiento junto a nosotros.
Las idas y venidas al W.C. eran constantes, de casi todo el mundo, ya que sabido es, que los riñones filtran bien después del zumo de cebada, y la vejiga aguanta poco.
Nuestra amiga se levantó, en busca del “miccionador”, -como otra mas- pero tardaba mas de la cuenta en salir.
Yo llegué a preocuparme un poco, porque no era normal tanto tiempo en salir del cuartito.
En un metro cuadrado aproximadamente, aquellos albañiles de entonces, lograron encajar un inodoro, un lavabo pequeño, ( con sus grifos y todo), un espejo, un porta-rollos (inservible), un secador de manos eléctrico, un aparatito de los de espantar las moscas (ahora modernamente se llama, desinfección, desratización y desmosquitación, ), un interruptor y una bombilla, y por si esto fuera poco, ¡¡ la puñetera puerta, abre hacia adentro ¡¡ ea, ahí es ná, y todo eso en 1 metro cuadrado escaso.
Nuestra amiga, venía roja como un tomate, sudando, y cagándose literalmente en la madre que parió al demonio, (suele ser lo mas socorrido).
“ ¡¡ por poco me meo encima, coñó ¡¡” soltó.
¿Qué te ha pasao? – le preguntamos-
“Pues que pa empezar, no podía cerrar la puerta, porque con tanto vestío, me lo pillaba con la puerta, cuando al fin consigo cerrar, me inclino un poco hacia delante, pa echarme el vestío a la espalda, y ¡ coño ¡, me pego con la peineta en la puerta y me la he clavao aquí debajo de la nuca, en las cervicales, que me ha hecho un daño que sus muertos.
Con la cabeza torcía mirando al rincón, como pude, intento bajarme las bragas, y ¡¡ cojones que no bajan ¡¡, venga darle tirones y nada de nada, y que me meaba encima y que no había manera de bajarlas, era como si las tuviera clavadas en el ombligo.
Me inclino un poco, con la intención de ver que pasaba allí delante que impedía la maniobra. Agacho la cabeza pa mirar, y ¡¡ cojones ¡¡ otra vez el coño la peineta choca con la puerta y me la clavo en el mismo sitio, me cago en su puta madre.
Ya no me atrevía a bajar la cabeza de nuevo, así que me puse derecha y mirando de reojillo pa bajo, me doy cuenta, que el mantón de Manila, pa que no se me cayera, lo cogí con un imperdible (u laña), al vestido, aquí abajo, - un poco mas abajo del ombligo- y se ve que también me enganché las bragas. A punto de haberme pinchao en la barriga, ya ves.
Pero como en la polla de Water ese tan chico no hay espacio pa ná, mientras me quitaba la laña me estaba meando, así que me meao la mitad dentro y la mitad fuera, y pa colmo había que secarse el chichi con secador eléctrico porque no había papel, ¿Cómo pollas se hace eso, porque por mas que pegues el culo al aparato no hay manera?, ¿Os parece poco lo que me ha pasado en un ratillo?, ¡¡ que jartura de vestío de gitana ¡¡ .
Concluyó, nuestra entrañable y expresiva amiga.
Ni que decir tiene que, nos dolía hasta el alma de la risa.
Moraleja: Lo mejor es no vestirse de gitana, y si lo haces, llévate los deberes hechos de casa, por si te tropiezas con un W.C. de metro cuadrao.
Un besico…… y mear tranquilos.
EL CORONEL
viernes, junio 01, 2007
PAPELITO DE PALO
PAPELITO DE PALO
Si si si, “papelito de palo”, que no me he equivocado.
Un día de esos infernales en la nieve, ya que no podíamos dar clase, pues nos tomábamos un café, y contábamos cosas.
Un joven madrileño, “nachete”, era la oveja negra de una familia “bien”, de Madrid, su padre Almirante de la Marina, la madre Arquitecta, la hermana médico y otro hermano Ingeniero, y Nacho, diplomado en E.S. (estudios primarios), quería hacer la brillante carrera de profesor de esquí.
Las broncas en casa eran el comer de cada minuto, pero por mas que se empeñaban, mas cabezón era mi amigo.
Compaginó los estudios de bachiller (por obligación) con los trabajillos que le iban saliendo, vamos, un corre ve y dile de tomo y lomo.
Cierto día, encontró un “curro” en un chino, de repartidor a domicilio.
Cuando se lo dijo a su padre, no le dio una torta, porque pudo esquivarla.
“papá, que me ha dicho el chino, que tengo que llevarle, esto que tengo aquí apuntao en una hoja”.
Cuando el padre, leyó aquello, refunfuñó varias veces, resopló cual toro, otras tantas veces, y con la ayuda de una mirada materna, accedió a prepararle “ los papeles”.
Allí decía: “certificado médico, certificado de buena conducta, permiso paterno, permiso de la moto, fotocopia de la cartilla de la Seguridad Social, y papelito de palo.
“mira ,Nacho, dile al tío ese, que se los llevarás, pero que te explique mejor que coño es eso del papelito de los cojones, y donde lo dan”, le boceó el Almirante.
Nacho, se puso de camino con su motillo, a la otra punta de Madrid, (era el chino mas lejano de casa).
“ Que dice mi padre que, que es eso del papelito que dice usted, y donde lo dan”. Le dijo al Chino.
“Pues niño, eso lo sablá tu padle, que donde tu vives yo no se donde puedes buscal, pelo plegunta que todo el mundo tiene uno”, contestó el oriental.
¡¡¡ Papá, que dice el chino que tu sabrás donde es eso, que el no lo sabe ¡¡¡¡
“Me cago en la madre que parió al chino de los cojones………….. “, (ya sabía yo que eso era lo que iba a contestar mi padre)
Así que cogieron el coche, y allá que traspusieron a la otra punta de Madrid.
Cuando el padre, empezó a hablar con el de los ojos rajaos, casi le pega.
“ Mire usted, haga el favor de decirme que coño de papeles tan raros piden ustedes a los chicos pa trabajar, y si es de cachondeo, y me ha hecho venir pa una tontería, vamos a tener que hablar de otra forma”.
Yo pensé que mi padre se liaba a ostias con el chino, que para colmo, era la hora de las comidas y estaba liao con sus cosas.
“mile, señol, los lalos son los españoles que piden tantos papeles. Pala podel dal de alta a su hijo necesito papelito de palo, y si no lo trlae, no puede tlabajal aquí”, ¿está clalo?.
“Pero al menos dígame quien da ese papel, o donde lo puedo recoger”, ¡¡ cojones ¡¡¡¡ le gritó mi padre.
El chino también cabreado: “ ¡¡¡ SEÑOL , PAPELITO DE PALO DE INEM, ¿COMPLENDE? PAPELITO DE PALO DE INEM ¡¡¡”.
Mi padre se quedó de piedra, rojo como un tomate, y con ganas de darme una bimba, porque con alguien tenía que pagarlo ¿no?.
Al final, no me la dio, y volvimos a casa mas de media hora en el coche, sin decir ni una sola palabra.
Moraleja:
Cuanto mas perfeccionistas seamos, mas tendremos que tragarnos nuestro orgullo y mas tendremos que comernos nuestras propias palabras.
Un abrazo
EL CORONEL
Si si si, “papelito de palo”, que no me he equivocado.
Un día de esos infernales en la nieve, ya que no podíamos dar clase, pues nos tomábamos un café, y contábamos cosas.
Un joven madrileño, “nachete”, era la oveja negra de una familia “bien”, de Madrid, su padre Almirante de la Marina, la madre Arquitecta, la hermana médico y otro hermano Ingeniero, y Nacho, diplomado en E.S. (estudios primarios), quería hacer la brillante carrera de profesor de esquí.
Las broncas en casa eran el comer de cada minuto, pero por mas que se empeñaban, mas cabezón era mi amigo.
Compaginó los estudios de bachiller (por obligación) con los trabajillos que le iban saliendo, vamos, un corre ve y dile de tomo y lomo.
Cierto día, encontró un “curro” en un chino, de repartidor a domicilio.
Cuando se lo dijo a su padre, no le dio una torta, porque pudo esquivarla.
“papá, que me ha dicho el chino, que tengo que llevarle, esto que tengo aquí apuntao en una hoja”.
Cuando el padre, leyó aquello, refunfuñó varias veces, resopló cual toro, otras tantas veces, y con la ayuda de una mirada materna, accedió a prepararle “ los papeles”.
Allí decía: “certificado médico, certificado de buena conducta, permiso paterno, permiso de la moto, fotocopia de la cartilla de la Seguridad Social, y papelito de palo.
“mira ,Nacho, dile al tío ese, que se los llevarás, pero que te explique mejor que coño es eso del papelito de los cojones, y donde lo dan”, le boceó el Almirante.
Nacho, se puso de camino con su motillo, a la otra punta de Madrid, (era el chino mas lejano de casa).
“ Que dice mi padre que, que es eso del papelito que dice usted, y donde lo dan”. Le dijo al Chino.
“Pues niño, eso lo sablá tu padle, que donde tu vives yo no se donde puedes buscal, pelo plegunta que todo el mundo tiene uno”, contestó el oriental.
¡¡¡ Papá, que dice el chino que tu sabrás donde es eso, que el no lo sabe ¡¡¡¡
“Me cago en la madre que parió al chino de los cojones………….. “, (ya sabía yo que eso era lo que iba a contestar mi padre)
Así que cogieron el coche, y allá que traspusieron a la otra punta de Madrid.
Cuando el padre, empezó a hablar con el de los ojos rajaos, casi le pega.
“ Mire usted, haga el favor de decirme que coño de papeles tan raros piden ustedes a los chicos pa trabajar, y si es de cachondeo, y me ha hecho venir pa una tontería, vamos a tener que hablar de otra forma”.
Yo pensé que mi padre se liaba a ostias con el chino, que para colmo, era la hora de las comidas y estaba liao con sus cosas.
“mile, señol, los lalos son los españoles que piden tantos papeles. Pala podel dal de alta a su hijo necesito papelito de palo, y si no lo trlae, no puede tlabajal aquí”, ¿está clalo?.
“Pero al menos dígame quien da ese papel, o donde lo puedo recoger”, ¡¡ cojones ¡¡¡¡ le gritó mi padre.
El chino también cabreado: “ ¡¡¡ SEÑOL , PAPELITO DE PALO DE INEM, ¿COMPLENDE? PAPELITO DE PALO DE INEM ¡¡¡”.
Mi padre se quedó de piedra, rojo como un tomate, y con ganas de darme una bimba, porque con alguien tenía que pagarlo ¿no?.
Al final, no me la dio, y volvimos a casa mas de media hora en el coche, sin decir ni una sola palabra.
Moraleja:
Cuanto mas perfeccionistas seamos, mas tendremos que tragarnos nuestro orgullo y mas tendremos que comernos nuestras propias palabras.
Un abrazo
EL CORONEL
sábado, abril 21, 2007
¡¡ VIVA EL VINO Y QUIEN LO TRUJO ¡¡¡¡¡
MI ALEGORÍA AL VINO
Beber, es un acto que realizan las razas de linaje antiguo.
Cuando se hace uso del vino, moderadamente, como todo en la vida, es:
Salud, y medicina.
Exalta el sentido genético, la amistad, y la facilidad de palabra.
Estimula el sentido nervioso, rinde fácil a la elocuencia, empuja a la benevolencia, predispone a la asociación, al perdón y al heroísmo.
El vino, exalta la fantasía, hace lúcida la mente, aumenta la alegría, y la melancolía, destruye los dolores, concilia el sueño, conforta la vejez y da sentido de euforia por donde la vida trasncurre, leve suave y tranquila.
“ EL BUEN VINO, NO MERECE PROBARLO QUIEN NO SABE PADALEARLO.”
“Salud y disfrute”
EL CORONEL
Beber, es un acto que realizan las razas de linaje antiguo.
Cuando se hace uso del vino, moderadamente, como todo en la vida, es:
Salud, y medicina.
Exalta el sentido genético, la amistad, y la facilidad de palabra.
Estimula el sentido nervioso, rinde fácil a la elocuencia, empuja a la benevolencia, predispone a la asociación, al perdón y al heroísmo.
El vino, exalta la fantasía, hace lúcida la mente, aumenta la alegría, y la melancolía, destruye los dolores, concilia el sueño, conforta la vejez y da sentido de euforia por donde la vida trasncurre, leve suave y tranquila.
“ EL BUEN VINO, NO MERECE PROBARLO QUIEN NO SABE PADALEARLO.”
“Salud y disfrute”
EL CORONEL
LOS " GRAFFITISTAS " DE MI PUEBLO
LOS GRAFFITIS DE MI
PUEBLO
(PODRIA SER CUALQUIERA DE NUESTRA GEOGRAFIA)
Que nos guste mas o menos, eso son harinas de otros costales, lo que considero una verdad, -al menos para mi- es que un graffiti bien hecho es una obra de arte, por tanto, el que lo hace es un artista, y repito, que nos guste mas o menos, es cosa distinta.
Supongo que para poder hacer esos murales hay que tener creatividad, visión de artista, sentido de la profundidad, de la altura, del espacio, fluidez mental, etc etc.
Debe ser complicado, porque a 50 cms, de la pared no ves nada mas que colores, y los “pinceles”, son difíciles de manejar.
Sin embargo cuando nos retiramos unos metros, aparece el verdadero sentido y valor de la obra; es entonces cuando se pueden apreciar, todos los detalles.
Supongo de nuevo, que la “culturilla” personal algo tendrá que ver en todo esto, algún aprendizaje debe haber, y después, por supuesto está su desarrollo personal, donde el artista pone su sello.
Lejos de parecer paredes pintarrajeadas, o suelos, lo que ha hecho un artista, a casi todos nos gusta.
A mi, personalmente, algunos de ellos me parecen formidables, auténticas obras de arte, y si no me crees te invito a que busques en Google a este persosnaje: JULIANBEEVER_dibujosenlaacera.pps, veas lo que hace, y entonces, solo entonces, podras hacer comparaciones con estos que he colocado en esta pagina de los grafiitis de mi pueblo, dignos de admiración, a la vez que dan vida y color a un espacio muerto.
¿Veis alguna diferencia?.
Que nos guste mas o menos, eso son harinas de otros costales, lo que considero una verdad, -al menos para mi- es que un graffiti bien hecho es una obra de arte, por tanto, el que lo hace es un artista, y repito, que nos guste mas o menos, es cosa distinta.
Supongo que para poder hacer esos murales hay que tener creatividad, visión de artista, sentido de la profundidad, de la altura, del espacio, fluidez mental, etc etc.
Debe ser complicado, porque a 50 cms, de la pared no ves nada mas que colores, y los “pinceles”, son difíciles de manejar.
Sin embargo cuando nos retiramos unos metros, aparece el verdadero sentido y valor de la obra; es entonces cuando se pueden apreciar, todos los detalles.
Supongo de nuevo, que la “culturilla” personal algo tendrá que ver en todo esto, algún aprendizaje debe haber, y después, por supuesto está su desarrollo personal, donde el artista pone su sello.
Lejos de parecer paredes pintarrajeadas, o suelos, lo que ha hecho un artista, a casi todos nos gusta.
A mi, personalmente, algunos de ellos me parecen formidables, auténticas obras de arte, y si no me crees te invito a que busques en Google a este persosnaje: JULIANBEEVER_dibujosenlaacera.pps, veas lo que hace, y entonces, solo entonces, podras hacer comparaciones con estos que he colocado en esta pagina de los grafiitis de mi pueblo, dignos de admiración, a la vez que dan vida y color a un espacio muerto.
¿Veis alguna diferencia?.
Esto si es una pared pintarrajeada, que delata la mas profunda incultura en todos los sentidos de quien, o quienes lo han hecho.
Por desgracia, tenemos muchos de estos “graffitistas” alrededor nuestro, que deambulan de casa al Instituto, en un acto de pérdida de tiempo sin precedentes.
Padres demasiado ocupados, o absolutamente despreocupados, que se resignan a ser los responsables de la conducta de su prole, culpando a la Sociedad, de sus fracasos,(que para eso la hemos inventado, parece).
Estoy convencido, que ninguno de estos progenitores, sabe de “los alcances” de su hijo ni de sus “obras de arte”, y de saberlo, seguramente lo defendería a capa y espada.
Y no dejaria de llevar razón, si acudimos al chistecillo aquel, donde un hojalatero se encontraba en su faena, dando martillazos sobre una chapa que se le resistía en ponerse plana, cuando pasó en ese momento un avión, surcando el cielo, y este hombre, alzó la vista, y ni corto ni perezoso dijo:”hay que ver lo que hacemos los mecánicos”.
Lo malo de esto, es que lo segundo es un chiste, y lo primero una realidad, cuanto menos preocupante.
Diremos como solían decir nuestros abuelos: “que Dios nos pille confesaos, porque lo que se nos avecina……………”
La moraleja:
Si entre todos, dejamos de culpar a la bestia que hemos creado para cosas como esta, llamada sociedad, entonamos el mea culpa, y ponemos de nuestra parte, quizá, consigamos algo positivo, y podamos seguir disfrutando, obras de arte en nuestras calles.
Así lo veo yo, ¿y tu?.
Un abrazo de tu amigo
EL CORNEL
domingo, abril 15, 2007
LA CARRETERA DE LA COSTA
GRANADA : UNO , JAPÓN : CERO
Vamos a ver si me explico:
El otro día entré en una casa de coches japoneses.
El vendedor, me dio una disertación de su buen hacer, y saber, y entre las alabanzas que le hacía a su marca, -como corresponde a todo buen profesional-,
Una de las características sobre la seguridad, en la conducción, pioneras de esta marca, era un dispositivo de seguridad pionero, que cuando el coche detecta que has pisado la raya blanca automáticamente te corrige y te coloca en el centro del carril (no es coña, ya está esto en el mercado),
Entonces- le dije yo :” cuando están los conos, de la costa, lo único que puedo es ocasionar un accidente, porque ya me dirá usted, la papeleta, de ir siempre por encima de una raya, y ahora quien le explica a los japoneses que su invento en España no funciona, que en esta España nuestra, hay carreteras en las que tienes que circular con la raya entre “las piernas”, ¿Quién le explica esto?, y ¿Dónde es eso? Preguntarían,…….. pues ¡¡¡ donde va a ser ¡¡¡¡ alma de Dios, “en la única ciudad del mundo donde todo es posible . ¡¡ EN GRANADA ¡¡.
Sabiendo esto, al igual que el Dakar es un “laboratorio”, sobre el comportamiento de todas las partes del vehículo, la carretera de la costa, en verano, ¿Por qué no puede ser otro laboratorio, de pruebas, para saber cual es exactamente el comportamiento de este invento en condiciones tan africanas como nuestra carretera?.
Invito a la meditación.
Un saludo, sin pisar la raya.
ELCORONEL
Vamos a ver si me explico:
El otro día entré en una casa de coches japoneses.
El vendedor, me dio una disertación de su buen hacer, y saber, y entre las alabanzas que le hacía a su marca, -como corresponde a todo buen profesional-,
Una de las características sobre la seguridad, en la conducción, pioneras de esta marca, era un dispositivo de seguridad pionero, que cuando el coche detecta que has pisado la raya blanca automáticamente te corrige y te coloca en el centro del carril (no es coña, ya está esto en el mercado),
Entonces- le dije yo :” cuando están los conos, de la costa, lo único que puedo es ocasionar un accidente, porque ya me dirá usted, la papeleta, de ir siempre por encima de una raya, y ahora quien le explica a los japoneses que su invento en España no funciona, que en esta España nuestra, hay carreteras en las que tienes que circular con la raya entre “las piernas”, ¿Quién le explica esto?, y ¿Dónde es eso? Preguntarían,…….. pues ¡¡¡ donde va a ser ¡¡¡¡ alma de Dios, “en la única ciudad del mundo donde todo es posible . ¡¡ EN GRANADA ¡¡.
Sabiendo esto, al igual que el Dakar es un “laboratorio”, sobre el comportamiento de todas las partes del vehículo, la carretera de la costa, en verano, ¿Por qué no puede ser otro laboratorio, de pruebas, para saber cual es exactamente el comportamiento de este invento en condiciones tan africanas como nuestra carretera?.
Invito a la meditación.
Un saludo, sin pisar la raya.
ELCORONEL
LA CARRETERA DE LA PLAYA
LA PUÑETERA CARRETERA DE LA PLAYA
Fin de un verano más de suplicio, un año mas de rabia contenida, un año mas de “¡¡ coño ¡¡” aquí esta la cola, “me cago en la mae que parió al demonio “.
Un año más de vergüenza torera, si además, lees en el periódico (como el 23-08-2006), que lleva 20 (veinte) años sin salir a concurso el tramo Herradura ……. Te entra un no se que por el cuerpo…..…. Sin comentarios.
Ya estoy tan acostumbrado a las caravanas que me sorprendo cuando no hay.
La última vez que “pillé” una, (hace un rato mismamente), cuando llegamos a la Herradura, casi tuvimos que tirar la compra, los yogures llegaron caducaos, la sandía , “chocha”, pa hacer sopa, los plátanos negros como el coche de delante, (por cierto se me hasta la anchura de los neumáticos), y unas tortas exquisitas de mi Alfacar, fueron las que aguantaron estóicamente el camino.
“LOS CONOS DE LA COSTA TROPICAL”.
Ya no se si pisar la raya blanca es bueno o malo(cuantos puntos?),si en esas “entremedias” me encuentro un ciclista o “ una motillo” ¿ que coño hago?,.
Cuando te tocan los 2 carriles, te encuentras a tu derecha a los “acojonaos” (que somos todosssss), en fila india perfecta, pegaitos pegaitos al guardarrail ,por tu izquierda pasan los de “allá voy , que sea lo que Dios, la Virgen y todos los Santos quieran, y entre rozar unos conos , pisar otros caídos y aferrarse al volante, aún da tiempo a ver las caras de los que van en sentido contrario: agarraos al rosco en actitud de estreñimiento puro y duro, con los ojos como brótolas, que se quieren salir de su órbita, - por supuesto sin pestañear- echaos casi encima del volante, en otra rara actitud de querer dar con la cabeza en el parabrisas, y refunfuñando, a boca tendida (seguro que en recordatorio de los difuntos , y vivos) de políticos varios, por tener así de revuelta, esta merienda de blancos, que son los archiconocidos, “conos de la costa”.
Claro, que como todo en la vida, el sabio refrán de “no hay mal que por bien no venga”, también aquí funciona . Me explico.
Seguramente casi todos recordamos esos fines de semana, (hace poco), en los que el tramo Salobreña-Nerja era casi de ficción.
Al desembocar de la Azud de Vélez, debajo del puente nos encontrábamos , unas pandillas de motoristas, (aunque en absoluto les corresponde ese apelativo, porque la moto es algo mas bonito y respetuoso que eso), enfundaos en sus monos, esperando al resto, calentando sus monturas y preparándose para “su carrera”.
Esta consistía en ver quien llagaba primero a Nerja o Salobreña;( queriendo así emular a los pilotos de carreras de motos), hacían sus apuestas- fuertes sumas de dinero
La carretera les servía de improvisado circuito de carreras, su aventura particular, y para los conductores era nuestra ruleta particular.
¡¡Vamos¡¡ que un solo “valiente” de estos era capaz de acojonar a toda una familia y a dos y a tres.
Recuerdo un domingo de esos que yendo dirección la Herradura, ví venir por allí enfrente, a tres de esos “valientes”, y que en un pis pas los tenia encima,, me agarré al volante, cerré los ojos y al abrirlos descubrí por el retrovisor que habían pasado los tres, no se como, ni por donde y que saltaban chispas del asfalto en contacto con la moto
Ellos, siguieron su maldita carrera, pero yo sin embargo, tuve que parar porque literalmente , y con perdón,“me cagué”, lo contrario sería mentir.
Pues hoy , señores míos esto ya no es así “gracias” al follón de coches que atascamos la carretera y no dejamos a estos chulos de pacotilla, también hijos de la gran majada ,que sigan con sus fechorías.
La cosa terminaba, ya por la tarde coincidiendo con la vuelta a casa, te los volvías a encontrar debajo del puente, (ahora repartiendo el dinerito ganado), y ya sin casco veías los grandes cordones de oro, 10 sortijas, y…… (alguien me contó que poco tiempo después la moto verde pasó a ser un montoncito de chatarra y su piloto uno mas en el Campo Santo, y otra Cruz con flores más en la cuneta. Paradojas de la vida.
(si en algo miento, que me corten la coleta)
Un saludo
ELCORONEL
Fin de un verano más de suplicio, un año mas de rabia contenida, un año mas de “¡¡ coño ¡¡” aquí esta la cola, “me cago en la mae que parió al demonio “.
Un año más de vergüenza torera, si además, lees en el periódico (como el 23-08-2006), que lleva 20 (veinte) años sin salir a concurso el tramo Herradura ……. Te entra un no se que por el cuerpo…..…. Sin comentarios.
Ya estoy tan acostumbrado a las caravanas que me sorprendo cuando no hay.
La última vez que “pillé” una, (hace un rato mismamente), cuando llegamos a la Herradura, casi tuvimos que tirar la compra, los yogures llegaron caducaos, la sandía , “chocha”, pa hacer sopa, los plátanos negros como el coche de delante, (por cierto se me hasta la anchura de los neumáticos), y unas tortas exquisitas de mi Alfacar, fueron las que aguantaron estóicamente el camino.
“LOS CONOS DE LA COSTA TROPICAL”.
Ya no se si pisar la raya blanca es bueno o malo(cuantos puntos?),si en esas “entremedias” me encuentro un ciclista o “ una motillo” ¿ que coño hago?,.
Cuando te tocan los 2 carriles, te encuentras a tu derecha a los “acojonaos” (que somos todosssss), en fila india perfecta, pegaitos pegaitos al guardarrail ,por tu izquierda pasan los de “allá voy , que sea lo que Dios, la Virgen y todos los Santos quieran, y entre rozar unos conos , pisar otros caídos y aferrarse al volante, aún da tiempo a ver las caras de los que van en sentido contrario: agarraos al rosco en actitud de estreñimiento puro y duro, con los ojos como brótolas, que se quieren salir de su órbita, - por supuesto sin pestañear- echaos casi encima del volante, en otra rara actitud de querer dar con la cabeza en el parabrisas, y refunfuñando, a boca tendida (seguro que en recordatorio de los difuntos , y vivos) de políticos varios, por tener así de revuelta, esta merienda de blancos, que son los archiconocidos, “conos de la costa”.
Claro, que como todo en la vida, el sabio refrán de “no hay mal que por bien no venga”, también aquí funciona . Me explico.
Seguramente casi todos recordamos esos fines de semana, (hace poco), en los que el tramo Salobreña-Nerja era casi de ficción.
Al desembocar de la Azud de Vélez, debajo del puente nos encontrábamos , unas pandillas de motoristas, (aunque en absoluto les corresponde ese apelativo, porque la moto es algo mas bonito y respetuoso que eso), enfundaos en sus monos, esperando al resto, calentando sus monturas y preparándose para “su carrera”.
Esta consistía en ver quien llagaba primero a Nerja o Salobreña;( queriendo así emular a los pilotos de carreras de motos), hacían sus apuestas- fuertes sumas de dinero
La carretera les servía de improvisado circuito de carreras, su aventura particular, y para los conductores era nuestra ruleta particular.
¡¡Vamos¡¡ que un solo “valiente” de estos era capaz de acojonar a toda una familia y a dos y a tres.
Recuerdo un domingo de esos que yendo dirección la Herradura, ví venir por allí enfrente, a tres de esos “valientes”, y que en un pis pas los tenia encima,, me agarré al volante, cerré los ojos y al abrirlos descubrí por el retrovisor que habían pasado los tres, no se como, ni por donde y que saltaban chispas del asfalto en contacto con la moto
Ellos, siguieron su maldita carrera, pero yo sin embargo, tuve que parar porque literalmente , y con perdón,“me cagué”, lo contrario sería mentir.
Pues hoy , señores míos esto ya no es así “gracias” al follón de coches que atascamos la carretera y no dejamos a estos chulos de pacotilla, también hijos de la gran majada ,que sigan con sus fechorías.
La cosa terminaba, ya por la tarde coincidiendo con la vuelta a casa, te los volvías a encontrar debajo del puente, (ahora repartiendo el dinerito ganado), y ya sin casco veías los grandes cordones de oro, 10 sortijas, y…… (alguien me contó que poco tiempo después la moto verde pasó a ser un montoncito de chatarra y su piloto uno mas en el Campo Santo, y otra Cruz con flores más en la cuneta. Paradojas de la vida.
(si en algo miento, que me corten la coleta)
Un saludo
ELCORONEL
MIGUEL PIMENTON Y LAS "ARBONDIGAS" ALEMANAS
MIGUEL “PIMENTÓN “ Y LAS “ARMÓNDIGAS” ALEMANAS
Antes de comenzar el artículo, quiero dejar claro que intento hacer una transcripción lo mas fidedigna posible, con las palabras empleadas por el personaje protagonista.
Ya no está en activo, pero sigue siendo bombero, porque la profesión, también se lleva por dentro.
Miguel “el pimentón” pa los amigos.
Mas de 1.80 de estatura y peso proporcional a tal talleje, pero mas sano, mas noble, bruto y buena persona, que Obelix.
Tuvo que emigrar a Alemania, en los años 60-70, como casi todo el mundo por aquel entonces.
Destino: la construcción, - de nuevo, como casi todo el mundo-.
La intención, era la de ahorrar para comprar aquí un terreno y hacerse una casa, en su pueblo de su alma, y a partir de ahí, seguir su vida en la tierra que le vió nacer.
Yo tuve la oportunidad de conocerlo, un día que fui a hacer una visita a mi hermano- bombero también- al antiguo Parque de Bomberos.
“Niño, ven pacá que te voy a contar una cosa, mientras hacemos la comía”, - me dijo, como si nos conociéramos de to la vida-.
“Estamos preparando una olla de potaje de habichuelas, como un copón, quéate a comer con nosotros, niño”, - no, muchas gracias , le contesté.
“Niño, verás lo que me pasó en Alemania”, -me dice-
“mavía io yo, a trabajar a la obra, con otros tres de mi pueblo, allí, nos metimos en un piso con otro que llevaba mas de un año trabajando, y fue el que nos preparó los papeles, pa trabajar.
Al cabo de un par de meses, un domingo, tocaron el la puerta, por la mañana, ¿Quién pollas será ahora?, me pregunté yo.
Abrimos, y era una vieja que vivía en el piso de al lado nuestro, venía hecha un cromo,¿sabes, niño?, con una bata de guatiné hasta los tobillos, mas fea que su puta madre- nunca supe, si se refería a la bata, o a la vieja, pero creo, que a las dos por igual-, con una malla en la cabeza, niño, como las de las que traen ahora modernamente, las papas que venden en los supermercados, que sería pa aguantar mas de mil rulos que tenía liaos en el pelo.
Venían dos policías, con ella. La vieja no paraba de rabiar con nosotros y señalar pa dentro de la casa. Como yo no entendía una polla, lo que hablaba, pues cuando se jarte, de cascar, ya parará, la polla la vieja esta. Me decía yo.
En ese momento llegó er Manolo, que era el único que parchivelaba el guiri- hablar otro idioma-.
La policía, le dijo, que tenían que entrar en el piso, porque la aguela nos había denunciao porque teníamos un perro.
“Nujotros un peeerro, ¿ande pollas está?- a mi no me entendieron, niño-.
Entraron en la casa y vieron habitación por habitación, y al ver que no había ni rastros del can, le dijeron a la vieja:” Señora usted está equivocada, porque aquí no hay ni señales, de perros”.
Pero niño, la polla la vieja, dale que te pego, que por cohones allí había un perro, y tenía que ser grande, decía la ilipollas.
Entonces, los policías, también cabreaos, le dijeron : “amos a ver señora, ¿en que se basa usté, pa decir lo del perro, tan segura?”
La vieja, soltó dos bufíos, cogió del brazo, a los policías, y tiró pa un patio chiquitillo, que había detrás de la casa, que tenía unos bidones, pa meter cosas viejas, y luego, un día a la semana se tiraban a la basura.
Entonces, había un montón de latas vacías de las grandes, de 5 kilos.
La vieja, no paraba de refunfuñar, señalando las latas.
La policía, el dice al Manolo : “Esta señora dice que aquí tiene que haber un perro grande, porque si no, que hacen aquí tantas latas de comida para perros.”
“Que comía pa perros, ni que pollas, eso son latas de armóndigas, nuestras”.
La vieja abrió la boca, y se tragó to el aire que había en el patio. Los policías se iban a partir el culo de la risa, y nosotros mas serios quer copón, niño.
Cuchi, que pollas, las armóndigas eran COMÍA PA LOS PERROS, niño, y yo que pollas iba a saber que en Alemania, los perros comían armóndigas, si mi máma, no las hacía en mi casa, nunca, la criatura, porque no teníamos un duro.
Ahora entiendo, cuando iba al super, y llenaba el carro de latas, que la señorita de la caja me miraba mu seria, como diciendo :¿Cuántos perros tendrá el tio este?, y yo, como no sabía alemán, ni pollas, yo veía las armóndigas dibujás en la lata, y al carro con ellas, que luego le dabas un calentón y estaban mas guenas quer copón, niño.
Lo que es no entender los idiomas, ¿sabes? – terminó diciéndome-
A mi me suele todavía el costao de la risa, y cada vez que lo contaba en el Parque , los compañeros se partían el culo de la risa.
A mi me hubiera pasado tres cuartos de lo mismo, ¿a ti no?.
Un saludo
EL CORNEL
Antes de comenzar el artículo, quiero dejar claro que intento hacer una transcripción lo mas fidedigna posible, con las palabras empleadas por el personaje protagonista.
Ya no está en activo, pero sigue siendo bombero, porque la profesión, también se lleva por dentro.
Miguel “el pimentón” pa los amigos.
Mas de 1.80 de estatura y peso proporcional a tal talleje, pero mas sano, mas noble, bruto y buena persona, que Obelix.
Tuvo que emigrar a Alemania, en los años 60-70, como casi todo el mundo por aquel entonces.
Destino: la construcción, - de nuevo, como casi todo el mundo-.
La intención, era la de ahorrar para comprar aquí un terreno y hacerse una casa, en su pueblo de su alma, y a partir de ahí, seguir su vida en la tierra que le vió nacer.
Yo tuve la oportunidad de conocerlo, un día que fui a hacer una visita a mi hermano- bombero también- al antiguo Parque de Bomberos.
“Niño, ven pacá que te voy a contar una cosa, mientras hacemos la comía”, - me dijo, como si nos conociéramos de to la vida-.
“Estamos preparando una olla de potaje de habichuelas, como un copón, quéate a comer con nosotros, niño”, - no, muchas gracias , le contesté.
“Niño, verás lo que me pasó en Alemania”, -me dice-
“mavía io yo, a trabajar a la obra, con otros tres de mi pueblo, allí, nos metimos en un piso con otro que llevaba mas de un año trabajando, y fue el que nos preparó los papeles, pa trabajar.
Al cabo de un par de meses, un domingo, tocaron el la puerta, por la mañana, ¿Quién pollas será ahora?, me pregunté yo.
Abrimos, y era una vieja que vivía en el piso de al lado nuestro, venía hecha un cromo,¿sabes, niño?, con una bata de guatiné hasta los tobillos, mas fea que su puta madre- nunca supe, si se refería a la bata, o a la vieja, pero creo, que a las dos por igual-, con una malla en la cabeza, niño, como las de las que traen ahora modernamente, las papas que venden en los supermercados, que sería pa aguantar mas de mil rulos que tenía liaos en el pelo.
Venían dos policías, con ella. La vieja no paraba de rabiar con nosotros y señalar pa dentro de la casa. Como yo no entendía una polla, lo que hablaba, pues cuando se jarte, de cascar, ya parará, la polla la vieja esta. Me decía yo.
En ese momento llegó er Manolo, que era el único que parchivelaba el guiri- hablar otro idioma-.
La policía, le dijo, que tenían que entrar en el piso, porque la aguela nos había denunciao porque teníamos un perro.
“Nujotros un peeerro, ¿ande pollas está?- a mi no me entendieron, niño-.
Entraron en la casa y vieron habitación por habitación, y al ver que no había ni rastros del can, le dijeron a la vieja:” Señora usted está equivocada, porque aquí no hay ni señales, de perros”.
Pero niño, la polla la vieja, dale que te pego, que por cohones allí había un perro, y tenía que ser grande, decía la ilipollas.
Entonces, los policías, también cabreaos, le dijeron : “amos a ver señora, ¿en que se basa usté, pa decir lo del perro, tan segura?”
La vieja, soltó dos bufíos, cogió del brazo, a los policías, y tiró pa un patio chiquitillo, que había detrás de la casa, que tenía unos bidones, pa meter cosas viejas, y luego, un día a la semana se tiraban a la basura.
Entonces, había un montón de latas vacías de las grandes, de 5 kilos.
La vieja, no paraba de refunfuñar, señalando las latas.
La policía, el dice al Manolo : “Esta señora dice que aquí tiene que haber un perro grande, porque si no, que hacen aquí tantas latas de comida para perros.”
“Que comía pa perros, ni que pollas, eso son latas de armóndigas, nuestras”.
La vieja abrió la boca, y se tragó to el aire que había en el patio. Los policías se iban a partir el culo de la risa, y nosotros mas serios quer copón, niño.
Cuchi, que pollas, las armóndigas eran COMÍA PA LOS PERROS, niño, y yo que pollas iba a saber que en Alemania, los perros comían armóndigas, si mi máma, no las hacía en mi casa, nunca, la criatura, porque no teníamos un duro.
Ahora entiendo, cuando iba al super, y llenaba el carro de latas, que la señorita de la caja me miraba mu seria, como diciendo :¿Cuántos perros tendrá el tio este?, y yo, como no sabía alemán, ni pollas, yo veía las armóndigas dibujás en la lata, y al carro con ellas, que luego le dabas un calentón y estaban mas guenas quer copón, niño.
Lo que es no entender los idiomas, ¿sabes? – terminó diciéndome-
A mi me suele todavía el costao de la risa, y cada vez que lo contaba en el Parque , los compañeros se partían el culo de la risa.
A mi me hubiera pasado tres cuartos de lo mismo, ¿a ti no?.
Un saludo
EL CORNEL
martes, abril 10, 2007
LAS PROCESIONES Y LAS " YOLIS "
LAS PROCESIONES Y LAS “ YOLIS”
Ya se que no hay ningún paso con este nombre, ¡¡hasta ahí llego ¡¡ no me echéis la bronca, que ahora me explico.
Antes de nada quiero dejar claro que o quien es una “YOLIS”.
Según el diccionario Granaino YOLI se refiere a la niñata de la periferia granadina, con ropas de lo mas variopinto, y salidas de la misma peluquería, los ojos pintados con rabos exagerados. Su físico, va, desde una delgadez casi famélica, a una gordura-sebosa, que no hay que adivinar, porque suelen llevar “sus carnes de flotador a la vista”, como lucimiento del sebo. (Debe ser).
Su diálogo-berborrea, raya la contaminación acústica, por lo elevado, y por su contenido, ya que la YOLI, también se distingue, porque, en dos de cada tres palabras que dice, aparece el término “pollas”.
Gustan estas señoritas, de ir acompañadas de jóvenes lumbreras, “LOS YOLOS”, licenciados en expulsiones de los Institutos, que auguran un prometedor porvenir delictivo, que nunca han trabajado,(ni trabajan), que nunca han estudiado (ni estudian), sin la mínima vocación hacia la cultura, los buenos modales o la vergüenza.
Bueno, pues una vez descrito, el arquetipo de personas a las que me voy a referir, paso al detalle procesional.
Estaba yo viendo una Procesión, el otro día, en cuarta o quinta fila, mas o menos y en la espera hasta ver pasar el Trono, dos viejecitas, menuditas ellas de tamaño, querían cruzar, a la otra parte, como hacemos casi todos, y el que no lo haya hecho que tire la primera piedra.
Poco a poco fueron escalando puestos, pidiendo el consabido “por favor, me deja pasar”, pero cuando llegaron al último escollo, lo que para un escalador sería llegar a la cima, se tropezaron, con que la primera fila, la flanqueaban cuatro criaturas de las descritas al principio, dos ellas y dos ellos.
Las señoras, como hicieran anteriormente, pidieron permiso, y entonces fue cuando una de las “YOLIS”, volvió la cabeza, miró con desprecio a las ancianas, y soltó, como es común en su verborrea un : “ y er coño de las viejas, que no ze paza¡¡¡”
Las pobres se quedaron allí sin decir nada- al menos yo no lo oí- y tampoco pudieron pasar, puesto que entre los cuatro insurrectos, hacían una pantalla mas que suficiente como para no impedir el paso.
Después, se acercaron dos parejas de alemanes- por el habla, digo – y yo les puse en sobreaviso. Que pueden ustedes pasar, pero que ahí delante hay problemas.
Efectivamente así fue, al llegar a la “muralla”, se volvió un “YOLO”, miró parriba al extranjero : “ cago en zu puta madre, otro ilipillas, aaaess”.
El hombre se volvió, y me indicó con su reloj que tenían la cena, en el restaurante de enfrente y no podían pasar por ningún sitio.
Al final, como pude le expliqué, que volviesen dos callas atrás, donde hubiese pasado ya el trono, y sería mas fácil.
Yo espero que este hombre no entendiera al YOLO, y si no fue asi, espero que no piensen que todos los “ispanich”, nos miramos en el mismo espejo que estos personajuchos de tres al cuarto.
Como la espera fue larga, al menos fue entretenida, y no faltó quien quiso ponerle a los cuatro los morros calientes, que tampoco hubiese estado mal.
Deduje, que eran costaleros de algún Trono, porque en su casi inantendible berborrea, pude oír algo así como que “nuestra víen mola mas questa, aaaes tía¡¡¡”.
Visto lo visto, y oído lo oído, me alegro de no ser costalero, por no tener “compis”, de esta calaña.
Esta vez, os invito que seáis vosotros lo que le pongáis la moraleja.
Un saludo
EL CORONEL
Ya se que no hay ningún paso con este nombre, ¡¡hasta ahí llego ¡¡ no me echéis la bronca, que ahora me explico.
Antes de nada quiero dejar claro que o quien es una “YOLIS”.
Según el diccionario Granaino YOLI se refiere a la niñata de la periferia granadina, con ropas de lo mas variopinto, y salidas de la misma peluquería, los ojos pintados con rabos exagerados. Su físico, va, desde una delgadez casi famélica, a una gordura-sebosa, que no hay que adivinar, porque suelen llevar “sus carnes de flotador a la vista”, como lucimiento del sebo. (Debe ser).
Su diálogo-berborrea, raya la contaminación acústica, por lo elevado, y por su contenido, ya que la YOLI, también se distingue, porque, en dos de cada tres palabras que dice, aparece el término “pollas”.
Gustan estas señoritas, de ir acompañadas de jóvenes lumbreras, “LOS YOLOS”, licenciados en expulsiones de los Institutos, que auguran un prometedor porvenir delictivo, que nunca han trabajado,(ni trabajan), que nunca han estudiado (ni estudian), sin la mínima vocación hacia la cultura, los buenos modales o la vergüenza.
Bueno, pues una vez descrito, el arquetipo de personas a las que me voy a referir, paso al detalle procesional.
Estaba yo viendo una Procesión, el otro día, en cuarta o quinta fila, mas o menos y en la espera hasta ver pasar el Trono, dos viejecitas, menuditas ellas de tamaño, querían cruzar, a la otra parte, como hacemos casi todos, y el que no lo haya hecho que tire la primera piedra.
Poco a poco fueron escalando puestos, pidiendo el consabido “por favor, me deja pasar”, pero cuando llegaron al último escollo, lo que para un escalador sería llegar a la cima, se tropezaron, con que la primera fila, la flanqueaban cuatro criaturas de las descritas al principio, dos ellas y dos ellos.
Las señoras, como hicieran anteriormente, pidieron permiso, y entonces fue cuando una de las “YOLIS”, volvió la cabeza, miró con desprecio a las ancianas, y soltó, como es común en su verborrea un : “ y er coño de las viejas, que no ze paza¡¡¡”
Las pobres se quedaron allí sin decir nada- al menos yo no lo oí- y tampoco pudieron pasar, puesto que entre los cuatro insurrectos, hacían una pantalla mas que suficiente como para no impedir el paso.
Después, se acercaron dos parejas de alemanes- por el habla, digo – y yo les puse en sobreaviso. Que pueden ustedes pasar, pero que ahí delante hay problemas.
Efectivamente así fue, al llegar a la “muralla”, se volvió un “YOLO”, miró parriba al extranjero : “ cago en zu puta madre, otro ilipillas, aaaess”.
El hombre se volvió, y me indicó con su reloj que tenían la cena, en el restaurante de enfrente y no podían pasar por ningún sitio.
Al final, como pude le expliqué, que volviesen dos callas atrás, donde hubiese pasado ya el trono, y sería mas fácil.
Yo espero que este hombre no entendiera al YOLO, y si no fue asi, espero que no piensen que todos los “ispanich”, nos miramos en el mismo espejo que estos personajuchos de tres al cuarto.
Como la espera fue larga, al menos fue entretenida, y no faltó quien quiso ponerle a los cuatro los morros calientes, que tampoco hubiese estado mal.
Deduje, que eran costaleros de algún Trono, porque en su casi inantendible berborrea, pude oír algo así como que “nuestra víen mola mas questa, aaaes tía¡¡¡”.
Visto lo visto, y oído lo oído, me alegro de no ser costalero, por no tener “compis”, de esta calaña.
Esta vez, os invito que seáis vosotros lo que le pongáis la moraleja.
Un saludo
EL CORONEL
martes, marzo 20, 2007
MI AMIGO FREDDY Y LOS MONOS DE GIBRALTAR
He aquí el macaco, ladrón, desafiante y enemigo número uno del protagonista de esta historia.
MI AMIGO FREDDY
Y
LOS MONOS DE GIBRALTAR
Casi me parto de la risa cuando me lo contó, porque le pone tanto énfasis, que casi lo vives con él, lo cual es señal de ser un magnífico comunicador.
Freddy, se dedica a “dar portes” con Japoneses, en el sentido mas estricto de la frase, y a trabajar con televisiones japonesas, corriendo España entera, grabando cuanto encuentran a su paso, sería la definición técnica de su trabajo.
Está casado con una mujer japonesa, entrañable, magnífica persona, mejor cocinera, traductora etc etc.
Hace unos días, Freddy terminaba de hacer unas grabaciones con un equipo de T.V., y su mujer hacía lo propio con otro equipo que andaba por Gibraltar en plena faena.
Es entonces, tomando un café, cuando me comenta Freddy,: “coronel, yo no puedo ir a Gibraltar, ¿porqué?, -pregunté- “porque me la tiene sentenciada el Jefe de los monos”.
Yo pensé, cuan ignorante soy, que el “jefe”, debería ser alguna persona encargada del cuidado de estos simios, y que en algún momento hubiese tenido un contratiempo con él.
NOOOO¡¡¡¡, nada de eso, el “jefe” de los monos, no es otro que un chimpancé que lidera el grupo.
En un momento del día, tal simio, se encaramó en el espejo retrovisor de la furgoneta, ¡¡¡¡ perdón, perdón ¡¡¡, en LA MONOVOLUMEN de mi amigo.
Con lo que pesaba el puñetero macaco, - pensó mi amigo Freddy- me va a romper el espejo, así que no corto ni perezoso, cogió un periódico, lo enrolló y le arreó un manporro en la cabeza, al simio.
¡¡Madre mía, la que formó el susodicho animal ¡¡¡, comenzó a dar saltos, alaridos, y a sacarme los dientes, que me acojonó –me dice-.
Ya no dejaba de mirarme, con cara de cómo te pille te acuerdas de mi, ¡¡ humano de los cojo…¡¡¡.
Yo tampoco le quitaba ojo de encima al bicho, porque era casi tan alto como algunos del equipo de grabación.
Viendo, éste, que no me podía hacer nada, se subió en el techo de mi monovolumen, y se cagó y meó, dándome a entender con ello que yo también se joder a mi manera. – por cierto, que la caca, cuando se secó no había forma humana de quitarla, y me dejó una mancha, como recuerdo.
Los orines del peludo, caían por el parabrisas, en dos hileras, tuve, por tanto, que echar agua y darle a los limpias, para apartar aquella porquería.
Cuando volvimos a parar, casi se me sale el corazón del pecho, ¡¡ aquel puto mono, se había enganchao en los limpia-parabrisas, y con la boca abierta me amenazaba el muy cabrón ¡¡¡.
Rápidamente le di al mando, y cuando empezaron a moverse , el bicho se asustó, los soltó y saltó al suelo.
Los japoneses que iban en la Mercedes, no daban crédito a lo que veían, estaban alucinados, viendo la “batalla” que se libraba entre hombre y simio.
Entre corte de manga, toma por culo cabrón, y dedo corazón apuntando al cielo, mirando con desafío al peludo animal, por mi parte, y sus enloquecidos golpes, los gruñidos, y amenazantes dientes, por la suya, pasamos un buen rato el uno frente al otro- yo dentro del coche , claro está.-
Y
LOS MONOS DE GIBRALTAR
Casi me parto de la risa cuando me lo contó, porque le pone tanto énfasis, que casi lo vives con él, lo cual es señal de ser un magnífico comunicador.
Freddy, se dedica a “dar portes” con Japoneses, en el sentido mas estricto de la frase, y a trabajar con televisiones japonesas, corriendo España entera, grabando cuanto encuentran a su paso, sería la definición técnica de su trabajo.
Está casado con una mujer japonesa, entrañable, magnífica persona, mejor cocinera, traductora etc etc.
Hace unos días, Freddy terminaba de hacer unas grabaciones con un equipo de T.V., y su mujer hacía lo propio con otro equipo que andaba por Gibraltar en plena faena.
Es entonces, tomando un café, cuando me comenta Freddy,: “coronel, yo no puedo ir a Gibraltar, ¿porqué?, -pregunté- “porque me la tiene sentenciada el Jefe de los monos”.
Yo pensé, cuan ignorante soy, que el “jefe”, debería ser alguna persona encargada del cuidado de estos simios, y que en algún momento hubiese tenido un contratiempo con él.
NOOOO¡¡¡¡, nada de eso, el “jefe” de los monos, no es otro que un chimpancé que lidera el grupo.
En un momento del día, tal simio, se encaramó en el espejo retrovisor de la furgoneta, ¡¡¡¡ perdón, perdón ¡¡¡, en LA MONOVOLUMEN de mi amigo.
Con lo que pesaba el puñetero macaco, - pensó mi amigo Freddy- me va a romper el espejo, así que no corto ni perezoso, cogió un periódico, lo enrolló y le arreó un manporro en la cabeza, al simio.
¡¡Madre mía, la que formó el susodicho animal ¡¡¡, comenzó a dar saltos, alaridos, y a sacarme los dientes, que me acojonó –me dice-.
Ya no dejaba de mirarme, con cara de cómo te pille te acuerdas de mi, ¡¡ humano de los cojo…¡¡¡.
Yo tampoco le quitaba ojo de encima al bicho, porque era casi tan alto como algunos del equipo de grabación.
Viendo, éste, que no me podía hacer nada, se subió en el techo de mi monovolumen, y se cagó y meó, dándome a entender con ello que yo también se joder a mi manera. – por cierto, que la caca, cuando se secó no había forma humana de quitarla, y me dejó una mancha, como recuerdo.
Los orines del peludo, caían por el parabrisas, en dos hileras, tuve, por tanto, que echar agua y darle a los limpias, para apartar aquella porquería.
Cuando volvimos a parar, casi se me sale el corazón del pecho, ¡¡ aquel puto mono, se había enganchao en los limpia-parabrisas, y con la boca abierta me amenazaba el muy cabrón ¡¡¡.
Rápidamente le di al mando, y cuando empezaron a moverse , el bicho se asustó, los soltó y saltó al suelo.
Los japoneses que iban en la Mercedes, no daban crédito a lo que veían, estaban alucinados, viendo la “batalla” que se libraba entre hombre y simio.
Entre corte de manga, toma por culo cabrón, y dedo corazón apuntando al cielo, mirando con desafío al peludo animal, por mi parte, y sus enloquecidos golpes, los gruñidos, y amenazantes dientes, por la suya, pasamos un buen rato el uno frente al otro- yo dentro del coche , claro está.-
En otro de los momentos de arrebato, cuando se puso delante mi coche, dando saltos, gritando y haciendo mil aspavientos con sus brazos, arremetí contra el en actitud de atropellarlo. "No Freddy, no mates mono", me dijo un japonés con las manos en la cara.
Claro que no lo maté, solo quise asustarlo, -aparte de que están protegidos, y se me hubiera caido el pelo, de haberlo arrollado-, pero no fué por falta de ganas ¿sabes?
Hasta tal punto se libró esta “batalla”, que cuando tenía que bajarse del coche, le dijo a los japoneses :yo no me bajo, yo os espero aquí mejor.
“Freddy, este ya no se olvida de ti , mientras viva “, me dijo la guía de la Roca.
Entonces decidí quedarme dentro del coche todo el día, esperando el fin de la grabación.
Y ahora me viene al cuento, una escena que ví un día en un documental de la segunda.
Había un chimpancé en una jaula, de un zoo, y se ve que comió algo con hueso que lo debió estreñir lo suficiente como para acordarse mucho tiempo.
Un día, alguien le dió la misma fruta, y al reconocerla, el bicho, la abrió, le sacó el hueso, se lo llevó al culo, y cuando vió que cabía por el orificio, directamente se lo llevó a la boca y se lo comió.
¿tonto?.
La moraleja:
¿a mi no se me hubiera ocurrido hacerlo, y a ti?
Por tanto, no somos ni los mas listos, ni los únicos que pensamos.
Por hoy , ya está.
Un saludo de tu amigo :
EL CORONEL
Hasta tal punto se libró esta “batalla”, que cuando tenía que bajarse del coche, le dijo a los japoneses :yo no me bajo, yo os espero aquí mejor.
“Freddy, este ya no se olvida de ti , mientras viva “, me dijo la guía de la Roca.
Entonces decidí quedarme dentro del coche todo el día, esperando el fin de la grabación.
Y ahora me viene al cuento, una escena que ví un día en un documental de la segunda.
Había un chimpancé en una jaula, de un zoo, y se ve que comió algo con hueso que lo debió estreñir lo suficiente como para acordarse mucho tiempo.
Un día, alguien le dió la misma fruta, y al reconocerla, el bicho, la abrió, le sacó el hueso, se lo llevó al culo, y cuando vió que cabía por el orificio, directamente se lo llevó a la boca y se lo comió.
¿tonto?.
La moraleja:
¿a mi no se me hubiera ocurrido hacerlo, y a ti?
Por tanto, no somos ni los mas listos, ni los únicos que pensamos.
Por hoy , ya está.
Un saludo de tu amigo :
EL CORONEL
domingo, marzo 18, 2007
CARTA DE ANTOÑILLO A SU FAMILIA
CARTA DE ANTOÑILLO (UN SOLDADO) A SU FAMILIA
El Aaiún un día deOctubre del 75, a las puertas de la “Marcha Verde”.
“mi Zaento, puede usté escrebirme una carta?”.
¡¡ claro, hombre, en dos minutos estoy contigo ¡¡ le contesté-.
Se llamaba Antoñillo, era pastor en las sierras de Loja, -me dijo-
Vivía en un cortijo de la misma serranía, con sus padres, abuelos y hermanos.
Le tocó la mili en el Sáhara.
Después de hacer el periodo de instrucción, en el B.I.R., lo destinaron al Regimiento Mixto de Ingenieros, a la compañía de zapadores, donde yo le conocí.
Mediría uno cincuenta y tantos o sesenta como mucho, pelirrojillo, con pecas, fuerte como un toro, de complexión “rural”, casi siempre con un “celtas emboquillao”, consumiéndose en la comisura de los labios, se calaba la gorra de atrás, hacia adelante, con lo cual, la visera, se le quedaba encima de la frente, por el nacimiento del pelo, y apuntando al cielo.
Lentejas ¡¡¡ le pusieron los veteranos de mote, por la cantidad de pecas que tenía.
El resto de la indumentaria, pues……., un poquillo ancha, ya que la sastrería militar, tenía unos tallajes un tanto especiales, y se entregaba la ropa, ¡¡a medida¡¡, a medida que ibas llegando, por tanto después había que intercambiar entre unos y otros, pero siempre hay a quien el cambio no le viene bien, como era el caso de Antoñillo, (con su gorra 2 tallas mas grande, que le dejaba solo media oreja visible), así que el mismo tuvo que hacer de costurera improvisada, y se “arregló” bastante bien sus mangas y perniles del uniforme. –con todo ello, aún era motivo de alguna que otra risilla inevitable, sobre todo por la prenda de cabeza-.
Ahora, casi nos cuesta trabajo creer que un joven de 20 no sepa leer ni escribir, pero entonces era bastante frecuente, por desgracia, pero en cambio se desarrollaban otros sentimientos como el compañerismo, por ejemplo, en su mas amplio sentido.
Entramos en una habitación aledaña al bar del soldado,“Quítate la gorra aquí, Antoñillo, que estamos en sitio cubierto”, ¿y porqué hay que quitarse siempre la gorra dentro de las casas, mi Zaento?, - pues hombre, porque está escrito en los libros que dicen como hay que hacer las cosas, mas que nada por el respeto, ¿sabes?. ¡¡¡ ahhhhhhh ¡¡¡¡ me contestó.
“vamos, siéntate aquí a mi lado y ve contándome, y ¿Quién lee la carta en tu pueblo a tus padres?, -le pregunté-, pues seguramente, don Celestino, que cuando vaya mi máma a misa, se la llevará.
Mis queridos padres, abuelos y hermanos, espero que al recibo de esta, estén todos bien de salud, yo por aquí quedo bien, a Dios gracias.
-Mi Zaento, tiene usté que poner una cruz arriba del papel, antes de empezar a escribir ¿no?.
Coño¡¡ me dije, pues ahora que caigo es cierto que eso se hacía, antes, pero que casi ni me acordaba., -llevas razón Antoñillo, se me había pasado.-
Pápa, tengo muchas cosa que contarsus –contaros Antoñillo-, gueno, yo lo digo como se y usté ya lo escribe como se diga.
Ya hace un mes casi juré la bandera. Ya tengo bastantes amigos, aunque algunos van destinaos a otros sitios del “zájara” (Sáhara), mas lejos que yo.
A mi me ha tocao en la Compañía de “zarpadores”,- zapadores, Antonio- gueno, ezo, mi zargento. Mis amigos son de casi to España, gallegos , madrileños ,sevillanos y de mas sitios. Los gallegos hablan como Don Celestino (el cura), que es de Madrid o por ahí.
Máma, la ropa que “mandao”, le viene bien a Pepe “el ubio”, -¿Quién es Pepe “el ubio”?.le dije- , “ese es un gañan de Loja, mi Zaento , que mide lo menos dos metros, y mi pápa le dice “el ubio”. Ahhhhhhh, está bien Antonio. (el ubio, es un yugo para bueyes y también para mulos)
Seguimos: yo le dije al Brigada de la Intendencia, que me la cambiara por otra mas chica, pero me dijo que esa es la que hay , andando y a callar, y no puedes protestar, porque te pueden meter en el calabozo, ¡¡ hombre Antoñillo, en el “cala”, no te van a meter por esas cosas, no digas eso que se va a creer tu familia otra cosa ¡¡¡, gueno mi Zaento, pues ponga usté que en el calabozo hay muchos “lejonarios” –legionarios Antonio-, con unas barbas que se las pisan, y que nos llaman pistolos, y nosotros a ellos “grifotas” porque se fuman la grifa, que es paecío al tabaco, pero que huele a yerbaguena y te ajumas con dos cigarrás.
Aquí en el Desierto hay mucha arena y piedras, no vaya usté a creer, que to es playa, como en la postal, y las piedras achicharran cuando las calienta el sol.
Ya he hecho 4 guardias, pero son mu fáciles, porque es dos horas de pié con el fusil, y después te vas al cuerpo de guardia y puedes sentarte o lo que quieras.
Dormimos en una compañía que es como una nave grande, como la del BIR (el campamento donde juró la bandera),que tiene las literas a los laos, y en el centro, las taquillas, y allí dormimos ciento y pico, -98 Antoñillo- gueno ezo.
Máma , ¿sabe usté que la compañía brilla como que se yo?, los sábados tenemos zafarrancho, y tenemos que dejar la compañía como un jaspe.
Primero la barremos, después la fregamos, y aluego, ponemos una manta vieja en el suelo, encima un colchón de borra, y encima se tumba un soldao, que siempre le toca a un veterano y luego otros van tirando pegotes de cera y otros detrás, restregándola con papeles, y al final, otros tres o cuatro se agarran a la manta, y van tirando de una punta a otra de la compañía, hasta que de tanto pasar se le saca brillo, pero brillante, porque ademas el veterano (que va encima del colchón tumbao), siempre dice:”haya que darle otra pasada, que si no el cuando pase la revista el zargento a ser peor”.
Por la noche hacemos la “maginaria” –imaginaria- que es también dos horas dando vueltas por la compañía por si alguien se pone malo, y a los que roncan hay que menearlos pa que se callen, y por la mañana tienes que despertar al Zargento de semana, el primero.
Antoñillo, ¿Por qué tanto detalle, hombre?, es que mi pápa no hizo la mili y no sabe na desto, ¿sabe usté?, ahhhhhhhhh, bueno , hombre.
Na más levantarnos, nos cuentan y nos vamos a “sayunar”-desayunar- con su café del gueno , y otras veces el tody (parecido al colacao), después vamos a la “ignacia”,-gimnasia-, y aluego a lastrución – la instrucción-.
Algunos días lastrución, que nus toca, es poner alambrás, y bombas enterrás que se llaman minas, pero que no explotan porque son de maera, y vamos al tiro también, pero aquí, las balas si son de verdad, y aluego tengo zumbío en los oídos tol día.
Aquí se come mu bien, máma, no se procupe usté por mi, además yo siempre me llevo un chusco (bollito de pan), pa luego a la tarde, que me compro una lata de atún en la cantina y una fanta, y meriendo con los amigos.
Algunos días por la tarde, salimos de paseo, pero como hace mucho calor, mejor me que en el cuartel con los compañeros.
Aquí las casas no tienen tejaos, son planas por arriba, tienen terrazas, y to lo que hay son moros, con chilabas, que les llegan hasta los tobillos, pero me ha dicho mi zargento, este questá escribiendo, que es mejor eso que las mangas cortas, porque así no te quemas del sol, y no zuas tanto, porque el aire da gueltas por el cuerpo, ¿no mi zargento?, -mas o menos Antoñillo, mas o menos.
Me he apuntao a la extensión cultural, que es a las 6 de la tarde, y nos enseñan a leer, escribir, y a las cuentas.
Pápa, el otro domingo, salimos un poco mas lejillos, y fuimos a ver los camellos, que aquí hay por to las partes, y son mas grandes que los caballos, con un pescuezo mu largo, llevan una joroba en la mitá del lomo, de verdad, tienen la boca mas grande, y la dentaura mas peligrosa, aquí dicen los de tropas nómadas que lo mejor es no acercarse a estos bichos porque tienen malas pulgas, pero también deben ser guenos animales, porque se “jincan” de roillas, pa que se pueda uno subir .
Un amigo de Málaga, que está con los camellos, me ha dicho que un día me dará una vuelta en uno mas viejecillo.
Mi Zaento ¿estará usté ya jarto de escebir no?, ¡¡ hombre, un poquillo si ¡¡ pero lo vamos a dejar, por esta vez, que de lo contrario no te va a quedar na pa otro día, ¡¡. Que vaaaaaaa, si tengo un montón de cosa pa contar., pues entonces te despides aquí ¿no?, vale,.
Mama, que cuando mescriba, a ver si me podéis meter 20 durillos en la carta, que me vendrán mu bien.
Y ya acabo dándoles un abrazo, que se cuiden, y que me escriban pronto.
Al poco tiempo, a primeros del 76, cuando se entregó el Sáhara, Antoñillo fue a terminar su mili a las Palmas de Gran Canaria, y según me dijo el soldado maestro de la extensión cultural, terminó escribiendo perfectamente y leyendo muy bien, yo nunca mas supe de este pastor, que estoy convencido será una gran persona donde esté, puesto que lo básico ya lo tenía el como persona, y su formación escolar solo pudo contribuir a reforzar sus valores., era un personaje entrañable, un saludo Antoñillo, de tu “zaento”.
EL CORONEL
El Aaiún un día deOctubre del 75, a las puertas de la “Marcha Verde”.
“mi Zaento, puede usté escrebirme una carta?”.
¡¡ claro, hombre, en dos minutos estoy contigo ¡¡ le contesté-.
Se llamaba Antoñillo, era pastor en las sierras de Loja, -me dijo-
Vivía en un cortijo de la misma serranía, con sus padres, abuelos y hermanos.
Le tocó la mili en el Sáhara.
Después de hacer el periodo de instrucción, en el B.I.R., lo destinaron al Regimiento Mixto de Ingenieros, a la compañía de zapadores, donde yo le conocí.
Mediría uno cincuenta y tantos o sesenta como mucho, pelirrojillo, con pecas, fuerte como un toro, de complexión “rural”, casi siempre con un “celtas emboquillao”, consumiéndose en la comisura de los labios, se calaba la gorra de atrás, hacia adelante, con lo cual, la visera, se le quedaba encima de la frente, por el nacimiento del pelo, y apuntando al cielo.
Lentejas ¡¡¡ le pusieron los veteranos de mote, por la cantidad de pecas que tenía.
El resto de la indumentaria, pues……., un poquillo ancha, ya que la sastrería militar, tenía unos tallajes un tanto especiales, y se entregaba la ropa, ¡¡a medida¡¡, a medida que ibas llegando, por tanto después había que intercambiar entre unos y otros, pero siempre hay a quien el cambio no le viene bien, como era el caso de Antoñillo, (con su gorra 2 tallas mas grande, que le dejaba solo media oreja visible), así que el mismo tuvo que hacer de costurera improvisada, y se “arregló” bastante bien sus mangas y perniles del uniforme. –con todo ello, aún era motivo de alguna que otra risilla inevitable, sobre todo por la prenda de cabeza-.
Ahora, casi nos cuesta trabajo creer que un joven de 20 no sepa leer ni escribir, pero entonces era bastante frecuente, por desgracia, pero en cambio se desarrollaban otros sentimientos como el compañerismo, por ejemplo, en su mas amplio sentido.
Entramos en una habitación aledaña al bar del soldado,“Quítate la gorra aquí, Antoñillo, que estamos en sitio cubierto”, ¿y porqué hay que quitarse siempre la gorra dentro de las casas, mi Zaento?, - pues hombre, porque está escrito en los libros que dicen como hay que hacer las cosas, mas que nada por el respeto, ¿sabes?. ¡¡¡ ahhhhhhh ¡¡¡¡ me contestó.
“vamos, siéntate aquí a mi lado y ve contándome, y ¿Quién lee la carta en tu pueblo a tus padres?, -le pregunté-, pues seguramente, don Celestino, que cuando vaya mi máma a misa, se la llevará.
Mis queridos padres, abuelos y hermanos, espero que al recibo de esta, estén todos bien de salud, yo por aquí quedo bien, a Dios gracias.
-Mi Zaento, tiene usté que poner una cruz arriba del papel, antes de empezar a escribir ¿no?.
Coño¡¡ me dije, pues ahora que caigo es cierto que eso se hacía, antes, pero que casi ni me acordaba., -llevas razón Antoñillo, se me había pasado.-
Pápa, tengo muchas cosa que contarsus –contaros Antoñillo-, gueno, yo lo digo como se y usté ya lo escribe como se diga.
Ya hace un mes casi juré la bandera. Ya tengo bastantes amigos, aunque algunos van destinaos a otros sitios del “zájara” (Sáhara), mas lejos que yo.
A mi me ha tocao en la Compañía de “zarpadores”,- zapadores, Antonio- gueno, ezo, mi zargento. Mis amigos son de casi to España, gallegos , madrileños ,sevillanos y de mas sitios. Los gallegos hablan como Don Celestino (el cura), que es de Madrid o por ahí.
Máma, la ropa que “mandao”, le viene bien a Pepe “el ubio”, -¿Quién es Pepe “el ubio”?.le dije- , “ese es un gañan de Loja, mi Zaento , que mide lo menos dos metros, y mi pápa le dice “el ubio”. Ahhhhhhh, está bien Antonio. (el ubio, es un yugo para bueyes y también para mulos)
Seguimos: yo le dije al Brigada de la Intendencia, que me la cambiara por otra mas chica, pero me dijo que esa es la que hay , andando y a callar, y no puedes protestar, porque te pueden meter en el calabozo, ¡¡ hombre Antoñillo, en el “cala”, no te van a meter por esas cosas, no digas eso que se va a creer tu familia otra cosa ¡¡¡, gueno mi Zaento, pues ponga usté que en el calabozo hay muchos “lejonarios” –legionarios Antonio-, con unas barbas que se las pisan, y que nos llaman pistolos, y nosotros a ellos “grifotas” porque se fuman la grifa, que es paecío al tabaco, pero que huele a yerbaguena y te ajumas con dos cigarrás.
Aquí en el Desierto hay mucha arena y piedras, no vaya usté a creer, que to es playa, como en la postal, y las piedras achicharran cuando las calienta el sol.
Ya he hecho 4 guardias, pero son mu fáciles, porque es dos horas de pié con el fusil, y después te vas al cuerpo de guardia y puedes sentarte o lo que quieras.
Dormimos en una compañía que es como una nave grande, como la del BIR (el campamento donde juró la bandera),que tiene las literas a los laos, y en el centro, las taquillas, y allí dormimos ciento y pico, -98 Antoñillo- gueno ezo.
Máma , ¿sabe usté que la compañía brilla como que se yo?, los sábados tenemos zafarrancho, y tenemos que dejar la compañía como un jaspe.
Primero la barremos, después la fregamos, y aluego, ponemos una manta vieja en el suelo, encima un colchón de borra, y encima se tumba un soldao, que siempre le toca a un veterano y luego otros van tirando pegotes de cera y otros detrás, restregándola con papeles, y al final, otros tres o cuatro se agarran a la manta, y van tirando de una punta a otra de la compañía, hasta que de tanto pasar se le saca brillo, pero brillante, porque ademas el veterano (que va encima del colchón tumbao), siempre dice:”haya que darle otra pasada, que si no el cuando pase la revista el zargento a ser peor”.
Por la noche hacemos la “maginaria” –imaginaria- que es también dos horas dando vueltas por la compañía por si alguien se pone malo, y a los que roncan hay que menearlos pa que se callen, y por la mañana tienes que despertar al Zargento de semana, el primero.
Antoñillo, ¿Por qué tanto detalle, hombre?, es que mi pápa no hizo la mili y no sabe na desto, ¿sabe usté?, ahhhhhhhhh, bueno , hombre.
Na más levantarnos, nos cuentan y nos vamos a “sayunar”-desayunar- con su café del gueno , y otras veces el tody (parecido al colacao), después vamos a la “ignacia”,-gimnasia-, y aluego a lastrución – la instrucción-.
Algunos días lastrución, que nus toca, es poner alambrás, y bombas enterrás que se llaman minas, pero que no explotan porque son de maera, y vamos al tiro también, pero aquí, las balas si son de verdad, y aluego tengo zumbío en los oídos tol día.
Aquí se come mu bien, máma, no se procupe usté por mi, además yo siempre me llevo un chusco (bollito de pan), pa luego a la tarde, que me compro una lata de atún en la cantina y una fanta, y meriendo con los amigos.
Algunos días por la tarde, salimos de paseo, pero como hace mucho calor, mejor me que en el cuartel con los compañeros.
Aquí las casas no tienen tejaos, son planas por arriba, tienen terrazas, y to lo que hay son moros, con chilabas, que les llegan hasta los tobillos, pero me ha dicho mi zargento, este questá escribiendo, que es mejor eso que las mangas cortas, porque así no te quemas del sol, y no zuas tanto, porque el aire da gueltas por el cuerpo, ¿no mi zargento?, -mas o menos Antoñillo, mas o menos.
Me he apuntao a la extensión cultural, que es a las 6 de la tarde, y nos enseñan a leer, escribir, y a las cuentas.
Pápa, el otro domingo, salimos un poco mas lejillos, y fuimos a ver los camellos, que aquí hay por to las partes, y son mas grandes que los caballos, con un pescuezo mu largo, llevan una joroba en la mitá del lomo, de verdad, tienen la boca mas grande, y la dentaura mas peligrosa, aquí dicen los de tropas nómadas que lo mejor es no acercarse a estos bichos porque tienen malas pulgas, pero también deben ser guenos animales, porque se “jincan” de roillas, pa que se pueda uno subir .
Un amigo de Málaga, que está con los camellos, me ha dicho que un día me dará una vuelta en uno mas viejecillo.
Mi Zaento ¿estará usté ya jarto de escebir no?, ¡¡ hombre, un poquillo si ¡¡ pero lo vamos a dejar, por esta vez, que de lo contrario no te va a quedar na pa otro día, ¡¡. Que vaaaaaaa, si tengo un montón de cosa pa contar., pues entonces te despides aquí ¿no?, vale,.
Mama, que cuando mescriba, a ver si me podéis meter 20 durillos en la carta, que me vendrán mu bien.
Y ya acabo dándoles un abrazo, que se cuiden, y que me escriban pronto.
Al poco tiempo, a primeros del 76, cuando se entregó el Sáhara, Antoñillo fue a terminar su mili a las Palmas de Gran Canaria, y según me dijo el soldado maestro de la extensión cultural, terminó escribiendo perfectamente y leyendo muy bien, yo nunca mas supe de este pastor, que estoy convencido será una gran persona donde esté, puesto que lo básico ya lo tenía el como persona, y su formación escolar solo pudo contribuir a reforzar sus valores., era un personaje entrañable, un saludo Antoñillo, de tu “zaento”.
EL CORONEL
martes, marzo 06, 2007
EN EL AUTOBUS DE MI PUEBLO
UNA REFLEXION PARA LA JUVENTUD, Y PARA SUS PROGENITORES.
Puede ser perfectamente, el Bus de cualquier otro pueblo de esta nuestra plural España.
Uno, que quiere contribuir con el ahorro de energía, protección del medio ambiente, y del bolsillo también, porque no, haciendo uso del transporte público, en la manera de lo posible.
Algunos días, coincido en mi horario, con el de “ los/as instituteros/as”, (en adelante:los), a eso de las 8 de la mañana, los cuales llenan el Bus, eceptuando algunas personas mas mayores que también hacen el trayecto.
Los cincuenta y tantos asientos que tiene el vehículo, los ocupan estos jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y 15 años, calculo.
Ayer, subió una mujer con dos muletas, y un tobillo tamaño elefante.
Detrás, subió un matrimonio, cercano a los 80.
Cuando el autobús, emprendió la marcha, faltó nada, para que este matrimonio fuera al suelo, el susun cordan, la chica de las muletas y yo mismo, que me agarré a una barra “salvavidas”, como pude.
El trayecto, repleto de curvas, era un martirio para estas 2 criaturas, que no sabían donde ni como ponerse, para no ir al suelo.
Yo miraba de un lado a otro, a los jóvenes, intentando levantar con la vista a alguno de tantos. Ellos, sin embargo, permanecían inalterables, móvil en mano, o auriculares en la oreja, perfectamente ensimismados en su mundo.
Tampoco le dije nada a ninguno, porque un minuto antes, una señora, pidió que le cedieran un sitio a estas personas, y el “sin- vergüenza” (digo SIN, porque no tenia), le contestó a la mujer: “que hubieran venío antes”, y se quedó tan pancho el “angelito”.
De lo que a mi entraron ganas en ese momento es fácil adivinarlo, y también cuales hubiesen sido las consecuencias, por tanto decidí morderme la lengua.
Un frenazo del coche que nos precedía, llevó a la pobre anciana al suelo, a la chica de las muletas, y otra vez al susun cordan.
El pobre anciano cayó de bruces encima del simpático “angelito”, yo mismo me tragué la mochila de la joven que estaba delante de mío, que casi me disloco el hombre izquierdo.
Como pude, fui rápido a socorrer a la anciana, que se quejaba de dolor.
Absolutamente ninguno de nuestros futuros mandatarios, hizo nada, que no fuera soltar una carcajada.
El comentario de los chicos de la parte trasera , lejos de mostrar la mas mínima preocupación, fue de : “coño que hostia sa dao la aguela” .
Pues si antes me entraron ganas de soltar un manporrazo, ahora………
Cuando levanté a la señora anciana, estaba blanca, la pobre mujer, llorando porque le dolía el hombro, la conseguí poner en pié, como pude la consolé, y casi en mis brazos la sostuve, lo que quedaba de trayecto.
Ya no me pude contener, y le dije al susodicho chaval : oye, ¿te importaría dejar a esta señora que se siente donde estás tu?.
Y el hijo de la grandísima ….puta, me dijo: “si ya vamos a llegar”.
Y por supuesto no se levantó.
Desde el dedo meñique del pié, hasta la nuca, me recorrió un escalofrío parecido o igual al que nos entra, cuando nos muestran la foto de un terrorista.
Tuve que respirar profundo, unas cuantas veces antes de hacer o decir nada, y conseguí las dos cosas, a Dios gracias.
Todos miraban como si eso fuera cosa de viejos, o yo que se, ¿que pensarían esos desgraciados?, por supuesto con alguna carcajada recordatoria de la caída.
Hasta aquí, podríamos decir que todo es “normal”, dentro de la mas absoluta anormalidad, viniendo un sector de la juventud, pero mi indignación mas absoluta viene cuando en la penúltima parada, una se…… (iba a decir señora), una mujer, que vió todo como transcurrió, y que se agarraba al respaldo de un asiento, dijo: “vamos Javi”, y allá que se levantó un proyecto de obesidad mórbida, fruto de la comida basura, que se levantó, cogió su mochila, y se dirigió con “mami”, a la puerta del bus.
Y aquí viene la moraleja.
¿Realmente son estos chicos los culpables de esa actitud?, padres y madres como la de nuestro “Javi”, ¿tienen algo que ver en esto?, ¡¡¡ TODO ¡¡¡
Pues visto lo visto, agárrate que vienen curvas.
Os pido una reflexión seria y actuar consecuentemente con vuestros hijos.
Una saludo de tu amigo
EL CORONEL
Puede ser perfectamente, el Bus de cualquier otro pueblo de esta nuestra plural España.
Uno, que quiere contribuir con el ahorro de energía, protección del medio ambiente, y del bolsillo también, porque no, haciendo uso del transporte público, en la manera de lo posible.
Algunos días, coincido en mi horario, con el de “ los/as instituteros/as”, (en adelante:los), a eso de las 8 de la mañana, los cuales llenan el Bus, eceptuando algunas personas mas mayores que también hacen el trayecto.
Los cincuenta y tantos asientos que tiene el vehículo, los ocupan estos jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y 15 años, calculo.
Ayer, subió una mujer con dos muletas, y un tobillo tamaño elefante.
Detrás, subió un matrimonio, cercano a los 80.
Cuando el autobús, emprendió la marcha, faltó nada, para que este matrimonio fuera al suelo, el susun cordan, la chica de las muletas y yo mismo, que me agarré a una barra “salvavidas”, como pude.
El trayecto, repleto de curvas, era un martirio para estas 2 criaturas, que no sabían donde ni como ponerse, para no ir al suelo.
Yo miraba de un lado a otro, a los jóvenes, intentando levantar con la vista a alguno de tantos. Ellos, sin embargo, permanecían inalterables, móvil en mano, o auriculares en la oreja, perfectamente ensimismados en su mundo.
Tampoco le dije nada a ninguno, porque un minuto antes, una señora, pidió que le cedieran un sitio a estas personas, y el “sin- vergüenza” (digo SIN, porque no tenia), le contestó a la mujer: “que hubieran venío antes”, y se quedó tan pancho el “angelito”.
De lo que a mi entraron ganas en ese momento es fácil adivinarlo, y también cuales hubiesen sido las consecuencias, por tanto decidí morderme la lengua.
Un frenazo del coche que nos precedía, llevó a la pobre anciana al suelo, a la chica de las muletas, y otra vez al susun cordan.
El pobre anciano cayó de bruces encima del simpático “angelito”, yo mismo me tragué la mochila de la joven que estaba delante de mío, que casi me disloco el hombre izquierdo.
Como pude, fui rápido a socorrer a la anciana, que se quejaba de dolor.
Absolutamente ninguno de nuestros futuros mandatarios, hizo nada, que no fuera soltar una carcajada.
El comentario de los chicos de la parte trasera , lejos de mostrar la mas mínima preocupación, fue de : “coño que hostia sa dao la aguela” .
Pues si antes me entraron ganas de soltar un manporrazo, ahora………
Cuando levanté a la señora anciana, estaba blanca, la pobre mujer, llorando porque le dolía el hombro, la conseguí poner en pié, como pude la consolé, y casi en mis brazos la sostuve, lo que quedaba de trayecto.
Ya no me pude contener, y le dije al susodicho chaval : oye, ¿te importaría dejar a esta señora que se siente donde estás tu?.
Y el hijo de la grandísima ….puta, me dijo: “si ya vamos a llegar”.
Y por supuesto no se levantó.
Desde el dedo meñique del pié, hasta la nuca, me recorrió un escalofrío parecido o igual al que nos entra, cuando nos muestran la foto de un terrorista.
Tuve que respirar profundo, unas cuantas veces antes de hacer o decir nada, y conseguí las dos cosas, a Dios gracias.
Todos miraban como si eso fuera cosa de viejos, o yo que se, ¿que pensarían esos desgraciados?, por supuesto con alguna carcajada recordatoria de la caída.
Hasta aquí, podríamos decir que todo es “normal”, dentro de la mas absoluta anormalidad, viniendo un sector de la juventud, pero mi indignación mas absoluta viene cuando en la penúltima parada, una se…… (iba a decir señora), una mujer, que vió todo como transcurrió, y que se agarraba al respaldo de un asiento, dijo: “vamos Javi”, y allá que se levantó un proyecto de obesidad mórbida, fruto de la comida basura, que se levantó, cogió su mochila, y se dirigió con “mami”, a la puerta del bus.
Y aquí viene la moraleja.
¿Realmente son estos chicos los culpables de esa actitud?, padres y madres como la de nuestro “Javi”, ¿tienen algo que ver en esto?, ¡¡¡ TODO ¡¡¡
Pues visto lo visto, agárrate que vienen curvas.
Os pido una reflexión seria y actuar consecuentemente con vuestros hijos.
Una saludo de tu amigo
EL CORONEL
viernes, marzo 02, 2007
CARTA DEL CORONEL A LOS QUEJICAS
CARTA DEL CORONEL A LOS QUEJICAS
No importa que día era, uno de tantos.
Dispuesto a comérmelo desde la mañana a la tarde.
Después de tres horas de aquí para allá, comencé a sentir un dolorcillo en ambos pies, a la altura del talón, donde se apoya el zapato.
Todos/as sabemos que cuando aprieta el zapato en esa zona, tornamos a unos andares un tanto raros, no sabemos como apoyar el pié en el suelo, para que la dichosa rozadura nos duela menos, pero ¡¡cá ¡¡, vano intento, sigue doliendo, y de que manera, madre de Dios.
Por si fuera poco este martirio, una pequeña protuberancia (juanete, callo, o como quiera que se llame), en el dedo anular, me dice , aquí estoy yo, y si estábamos pocos, parió la abuela, ahora si que tengo que parecer en mis andares al jorobao de Notre Dame.
Ya puestos, la uña del dedo meñique, tiene un piquito hacia arriba, que molesta a su vecino, por tanto ahora tiene queja doble, al pobre anular, y la desgracia que me ha caído encima en un rato es de órdago.
Ya estamos en las 2 de la tarde, hora española de comer.
Pienso lo que pienso y me dispongo a ir a los comedores Universitarios y comer algo, de tarde en cuando lo suelo hacer, (mas bien tarde que cuando), pero me gusta la gente joven, y los observo mucho.
En mi peregrino caminar, en busca de una asiento, paso por todas las obras de Graná, que son miles, y ya para rematar la faena, noto en el pié menos dolorido, un pequeñísimo cuerpo extraño, por su tamaño sería como la cabeza de una alfiler, pero con 1000, puntitas, y por lo molesto, la cama de un fakir debe ser una delicia comparado con este demonio de chinito.
Si antes parecía el jorobado de Notre Dame, ahora…. Pues una especie de Chiquito de la Calzada pero con cara de cabreao.
Por fin entro en el comedor, tomo mi bandeja con un menú que me daba casi igual, pues el dolor podía mas que el hambre, y me siento en una mesa frente a un joven “ventiañero” que me aventajaba un plato.
Me quité la chaqueta, y la apoyé en el respaldo de la silla, como la tenía también mi compañero de comida.
Lo primero que sentí fue un alivio absolutamente increíble, ¡¡ que felicidad ¡¡, -solo comparable a la de quitarse las botas de esquí, después de una día en la nieve-.
Nos saludamos el joven y yo, y al verme la cara de felicidad que puse, me pregunta ¿le pasa algo?, - no me hables de usted por favor-
Le expliqué todo lo que me ocurría del hilo al pavilo, (como se dice por aquí), y me contestó: “no es para tanto hombre, no te quejes tanto”, - ¡¡que noooooo ¡¡¡ mecachi en diez, este dolor es pa reventar, chiquillo-
Yo no paraba de resoplar, y él de reírse, y de decirme quejica.
Llegué a pensar que estos jóvenes no respetan nada, y mi dolor forma parte de ese nada, pero en fin yo no voy a cambiar ahora nada, cada cual que actúe como crea conveniente, la vida le irá diciendo lo que hay que hacer en cada momento, y como humanos que somos, solo aprendemos, a fuerza de caernos.
Cuando el joven se hubo tomado el postre, -yo andaba en el 2º-, me dijo: “bueno, aquí te vas a quedar, que tengo clase a las cuatro , quejica”, y se sonrió de nuevo, -la madre que lo parió, me dije-.
Cuando levanté la cabeza de mi plato, ví que se acercaba a mi, y me dijo casi al oído: “a mi me hubiese encantado tener ensangrentados los pies de andar”, juanetes, chinos en el zapato y lo que fuera menestar.
Se me echó un nudo que casi me ahogo.
El joven iba en silla de ruedas, y le faltaban sus dos piernas.
No he vuelto a entrar mas a los comedores Universitarios desde entonces.
En el camino de vuelta a casa, no noté ningún dolor, aunque las heridas eran considerables.
Jamás olvidaré aquella lección.
La moraleja de mi carta la dejo a tu albedrío.
Un abrazo de tu amigo:
EL CORONEL
No importa que día era, uno de tantos.
Dispuesto a comérmelo desde la mañana a la tarde.
Después de tres horas de aquí para allá, comencé a sentir un dolorcillo en ambos pies, a la altura del talón, donde se apoya el zapato.
Todos/as sabemos que cuando aprieta el zapato en esa zona, tornamos a unos andares un tanto raros, no sabemos como apoyar el pié en el suelo, para que la dichosa rozadura nos duela menos, pero ¡¡cá ¡¡, vano intento, sigue doliendo, y de que manera, madre de Dios.
Por si fuera poco este martirio, una pequeña protuberancia (juanete, callo, o como quiera que se llame), en el dedo anular, me dice , aquí estoy yo, y si estábamos pocos, parió la abuela, ahora si que tengo que parecer en mis andares al jorobao de Notre Dame.
Ya puestos, la uña del dedo meñique, tiene un piquito hacia arriba, que molesta a su vecino, por tanto ahora tiene queja doble, al pobre anular, y la desgracia que me ha caído encima en un rato es de órdago.
Ya estamos en las 2 de la tarde, hora española de comer.
Pienso lo que pienso y me dispongo a ir a los comedores Universitarios y comer algo, de tarde en cuando lo suelo hacer, (mas bien tarde que cuando), pero me gusta la gente joven, y los observo mucho.
En mi peregrino caminar, en busca de una asiento, paso por todas las obras de Graná, que son miles, y ya para rematar la faena, noto en el pié menos dolorido, un pequeñísimo cuerpo extraño, por su tamaño sería como la cabeza de una alfiler, pero con 1000, puntitas, y por lo molesto, la cama de un fakir debe ser una delicia comparado con este demonio de chinito.
Si antes parecía el jorobado de Notre Dame, ahora…. Pues una especie de Chiquito de la Calzada pero con cara de cabreao.
Por fin entro en el comedor, tomo mi bandeja con un menú que me daba casi igual, pues el dolor podía mas que el hambre, y me siento en una mesa frente a un joven “ventiañero” que me aventajaba un plato.
Me quité la chaqueta, y la apoyé en el respaldo de la silla, como la tenía también mi compañero de comida.
Lo primero que sentí fue un alivio absolutamente increíble, ¡¡ que felicidad ¡¡, -solo comparable a la de quitarse las botas de esquí, después de una día en la nieve-.
Nos saludamos el joven y yo, y al verme la cara de felicidad que puse, me pregunta ¿le pasa algo?, - no me hables de usted por favor-
Le expliqué todo lo que me ocurría del hilo al pavilo, (como se dice por aquí), y me contestó: “no es para tanto hombre, no te quejes tanto”, - ¡¡que noooooo ¡¡¡ mecachi en diez, este dolor es pa reventar, chiquillo-
Yo no paraba de resoplar, y él de reírse, y de decirme quejica.
Llegué a pensar que estos jóvenes no respetan nada, y mi dolor forma parte de ese nada, pero en fin yo no voy a cambiar ahora nada, cada cual que actúe como crea conveniente, la vida le irá diciendo lo que hay que hacer en cada momento, y como humanos que somos, solo aprendemos, a fuerza de caernos.
Cuando el joven se hubo tomado el postre, -yo andaba en el 2º-, me dijo: “bueno, aquí te vas a quedar, que tengo clase a las cuatro , quejica”, y se sonrió de nuevo, -la madre que lo parió, me dije-.
Cuando levanté la cabeza de mi plato, ví que se acercaba a mi, y me dijo casi al oído: “a mi me hubiese encantado tener ensangrentados los pies de andar”, juanetes, chinos en el zapato y lo que fuera menestar.
Se me echó un nudo que casi me ahogo.
El joven iba en silla de ruedas, y le faltaban sus dos piernas.
No he vuelto a entrar mas a los comedores Universitarios desde entonces.
En el camino de vuelta a casa, no noté ningún dolor, aunque las heridas eran considerables.
Jamás olvidaré aquella lección.
La moraleja de mi carta la dejo a tu albedrío.
Un abrazo de tu amigo:
EL CORONEL
miércoles, febrero 28, 2007
UNA LECCION DE HUMILDAD
UNA LECCION DE HUMILDAD
Querido/a amigo/a, después de leer esto, no se que conclusión sacarás, pero estoy seguro que te hará pensar, y si te repasas un poquito el día a día, te darás cuenta que hay muchos momentos en los que esto te sucederá, aunque en distintos escenarios, -claro está-, por tanto, no viene mal una reflexión al respecto.
Nos vamos a situar en un comedor de una residencia o de una Universidad, por ejemplo alemana- que nos llevan algo de delantera en muchas cosas-.
Una alumna rubia, a la que observo, por su estatura, cabellera rubia, y porque no, por su belleza también, se pone a la cola del autoservicio, coge su bandeja con el menú, y seguidamente se sienta en una mesa cualquiera, - bueno, perdón, no se sienta en la “mesa”, sino en una silla que hay junto a una mesa-.
Cuando se dispone a comer, advierte que no ha cogido el cubierto- algo muy común-, se vuelve a levantar en su busca.
Cuando regresa a la mesa, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano, por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. Ella rodea la mesa sin quitarle ojo de encima a esta persona,-quizás pensando en la caradura del individuo- se sienta frente a él, sin dar crédito a la situación.
De entrada, la joven rubia se siente desconcertada y supongo que agredida, pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo.
También podría ser que no dispusiera de dinero suficiente para pagarse la comida, aún siendo ésta, barata comparándola con cualquier restaurante de la calle.
Una vez sentada frente a frente, le sonríe amistosamente, a lo que el chico africano le corresponde con otra blanca sonrisa.
A continuación, la joven comienza a comer de la bandeja – su bandeja- intentando aparentar la mayor normalidad, y compartirla con exquisita generosidad y cortesía con “su compañero”.
El se toma la ensalada, ella hace lo mismo con la sopa, ambos van pinchando paritariamente del pollo y de las patatas con un “ahora yo, ahora tu”, que parecía haber sido ensayado varias veces.
Todo este proceso, salpicado de múltiples sonrisas educadas tímidas por parte del muchacho y suavemente comprensivas por parte de ella.
El, da cuenta del yogurt, y ella de una pieza de fruta.
Acabado el almuerzo, la chica, se levanta y va a por un café.
Al regresar es cuando descubre, que en la mesa vecina detrás de ella, su abrigo está colocado en el respaldo de la silla, y en la mesa, una bandeja de comida intacta.
La pobre joven hizo un ridículo espantoso, y que seguramente, en algún momento pudo creer ser el colmo de la civilización, mientras el africano, inmensamente educado dejaba comer de “su” bandeja a aquella chica rubia, y que seguramente pensó: “Pero que chiflados están estos europeos”.
Querido/a amigo/a, si conoces a alguien que recela de los inmigrantes y les considera seres inferiores, invítale a que lea esta carta.
Y a los demás, os invito a que nos liberemos de los prejuicios, o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que esta joven.
Y…. se acabó
Un abrazo de tu amigo EL CORONEL.
Querido/a amigo/a, después de leer esto, no se que conclusión sacarás, pero estoy seguro que te hará pensar, y si te repasas un poquito el día a día, te darás cuenta que hay muchos momentos en los que esto te sucederá, aunque en distintos escenarios, -claro está-, por tanto, no viene mal una reflexión al respecto.
Nos vamos a situar en un comedor de una residencia o de una Universidad, por ejemplo alemana- que nos llevan algo de delantera en muchas cosas-.
Una alumna rubia, a la que observo, por su estatura, cabellera rubia, y porque no, por su belleza también, se pone a la cola del autoservicio, coge su bandeja con el menú, y seguidamente se sienta en una mesa cualquiera, - bueno, perdón, no se sienta en la “mesa”, sino en una silla que hay junto a una mesa-.
Cuando se dispone a comer, advierte que no ha cogido el cubierto- algo muy común-, se vuelve a levantar en su busca.
Cuando regresa a la mesa, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano, por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. Ella rodea la mesa sin quitarle ojo de encima a esta persona,-quizás pensando en la caradura del individuo- se sienta frente a él, sin dar crédito a la situación.
De entrada, la joven rubia se siente desconcertada y supongo que agredida, pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo.
También podría ser que no dispusiera de dinero suficiente para pagarse la comida, aún siendo ésta, barata comparándola con cualquier restaurante de la calle.
Una vez sentada frente a frente, le sonríe amistosamente, a lo que el chico africano le corresponde con otra blanca sonrisa.
A continuación, la joven comienza a comer de la bandeja – su bandeja- intentando aparentar la mayor normalidad, y compartirla con exquisita generosidad y cortesía con “su compañero”.
El se toma la ensalada, ella hace lo mismo con la sopa, ambos van pinchando paritariamente del pollo y de las patatas con un “ahora yo, ahora tu”, que parecía haber sido ensayado varias veces.
Todo este proceso, salpicado de múltiples sonrisas educadas tímidas por parte del muchacho y suavemente comprensivas por parte de ella.
El, da cuenta del yogurt, y ella de una pieza de fruta.
Acabado el almuerzo, la chica, se levanta y va a por un café.
Al regresar es cuando descubre, que en la mesa vecina detrás de ella, su abrigo está colocado en el respaldo de la silla, y en la mesa, una bandeja de comida intacta.
La pobre joven hizo un ridículo espantoso, y que seguramente, en algún momento pudo creer ser el colmo de la civilización, mientras el africano, inmensamente educado dejaba comer de “su” bandeja a aquella chica rubia, y que seguramente pensó: “Pero que chiflados están estos europeos”.
Querido/a amigo/a, si conoces a alguien que recela de los inmigrantes y les considera seres inferiores, invítale a que lea esta carta.
Y a los demás, os invito a que nos liberemos de los prejuicios, o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que esta joven.
Y…. se acabó
Un abrazo de tu amigo EL CORONEL.
domingo, enero 28, 2007
LA VERDAD DE UN ALBAÑIL
UNA EXPLICACIÓN CON TODO LUJO DE DETALLE
Dicen que fué un caso real, pero real o no, al menos es ilustradísimo.
Esto que vas a leer, es la explicación que dió un albañil, por carta,( podría ser de cualquier lugar, de esta plurarísima España nuestra), a petición de una compañía de seguros que no daba crédito a las lesiones del mismo.
Dice:
“En respuesta a su pedido de informaciones sobre mi accidente, ya que me piden una aclaración mas detallada, del mismo, y para salir de dudas, aclaro:
Soy albañil desde hace diez años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en que trabajaba. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 kgs., de ladrillos. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba fijada en una viga en el techo del sexto piso.
Bajé hasta la planta baja. Até el barril con un soga y con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga y la agarré con fuerza del modo que los 250 kgs., de ladrillos bajasen suavemente.(debo indicar, como ya lo hice en su día, que mi peso corporal es de 82 kgs.).Sorpresivamente mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré a la soga mientras ascendía a gran velocidad.
En las proximidades del tercer piso, me encontré con el barril que bajaba a una velocidad aproximadamente similar a la de mi subida y fue imposible evitar el choque.
Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A estas alturas (de los acontecimientos), ya había recuperado mi presencia de espíritu. Pese a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril chocó contra el suelo de la planta baja, su fondo se partió y todos los ladrillos se desparramaron.
Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kgs. Debido a un principio simplísimo, comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Aproximadamente el pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino, estoy casi seguro que se produjeron las fracturas de tobillos y de la nariz. Este choque , felizmente disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladillos, solo me quebré tres vértebras.
Lamento, sin embargo, informar que , cuando me encontraba caído encima de los ladrillos con dolores insoportables, sin poder moverme, y viendo encima de mi el barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándome las dos tibias.”
Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente, y por ellos, los motivos de mi baja.
Espero que te haya gustado. "el coronel"
Dicen que fué un caso real, pero real o no, al menos es ilustradísimo.
Esto que vas a leer, es la explicación que dió un albañil, por carta,( podría ser de cualquier lugar, de esta plurarísima España nuestra), a petición de una compañía de seguros que no daba crédito a las lesiones del mismo.
Dice:
“En respuesta a su pedido de informaciones sobre mi accidente, ya que me piden una aclaración mas detallada, del mismo, y para salir de dudas, aclaro:
Soy albañil desde hace diez años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en que trabajaba. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 kgs., de ladrillos. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril y bajarlos con ayuda de una roldana que felizmente se hallaba fijada en una viga en el techo del sexto piso.
Bajé hasta la planta baja. Até el barril con un soga y con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga y la agarré con fuerza del modo que los 250 kgs., de ladrillos bajasen suavemente.(debo indicar, como ya lo hice en su día, que mi peso corporal es de 82 kgs.).Sorpresivamente mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré a la soga mientras ascendía a gran velocidad.
En las proximidades del tercer piso, me encontré con el barril que bajaba a una velocidad aproximadamente similar a la de mi subida y fue imposible evitar el choque.
Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A estas alturas (de los acontecimientos), ya había recuperado mi presencia de espíritu. Pese a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril chocó contra el suelo de la planta baja, su fondo se partió y todos los ladrillos se desparramaron.
Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25 kgs. Debido a un principio simplísimo, comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Aproximadamente el pasar por el tercer piso me encontré con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino, estoy casi seguro que se produjeron las fracturas de tobillos y de la nariz. Este choque , felizmente disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladillos, solo me quebré tres vértebras.
Lamento, sin embargo, informar que , cuando me encontraba caído encima de los ladrillos con dolores insoportables, sin poder moverme, y viendo encima de mi el barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó sobre mis piernas, quebrándome las dos tibias.”
Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente, y por ellos, los motivos de mi baja.
Espero que te haya gustado. "el coronel"
EL "TITI" Y YO
EL “TITI” Y YO
Estaba yo un día, de esos de desánimo general, sin saber muy bien porqué, todo el mundo decía “no” a Citi, así que me senté en un pretil del paseo marítimo de la playa, en Cádiz.
De pronto me tocan por la espalda: “que haces aquí, Enrique??”.
Pues ya ves, poca cosa (contesté ; era mi amigo el “titi”).
Le conté lo que me ocurría, o mejor dicho como me encontraba de moral, y él me sacó un tarro grande de cristal, y unas pelotas de golf, lo puso todo en el pretil, y me dijo: “mete dentro del bote las pelotas.”
Hecho esto, me preguntó : “¿ ya está lleno??, ¡¡ pues claro ¡¡( le dije yo)
Entonces me sacó una bolsa con canicas de cristal – muy bonitas, por cierto- , las vació dentro del bote, ni que decir tiene que estas bolitas fueron rellenando los huecos que había.
Volvió a preguntarme : “¿ está lleno ahora? , “ahora si”, (dije yo).
De nuevo sacó otra bolsa, que contenía perdigones (bolitas de plomo). Las volvió a verter en el tarro, (por supuesto que estas rellenaron todos los espacios que habían dejado las canicas) y mirándome con una sonrisa que delataba mi asombro y mi ignorancia, me dijo “ ¿ y ahora que tienes que decir…?.
Pues, sencillamente no dije nada.
De pronto, se levantó, se fue hacia la arena y me dijo : “espera, no te vayas”; llenó una bolsa de arena, vino a sentarse de nuevo junto a mí y sin mediar palabra, vació la arena en el tarro. (es obvio que el tarro quedó absolutamente lleno sin ningún hueco libre) ,¡¡ ahora si que está lleno ¡¡, dijo la voz de la ignorancia (o sea, la mía), y me quedé relajado.
¡¡ Pues aquí acaba la historia ¡¡( me dije yo).
“ nos sentamos en la terraza de este bar??, - me dijo- ,¡ pues vale¡ – dije yo-
Entonces pidió, dos cafés y un vaso de agua.
De nuevo me dijo “ ah, se me olvidaba, échale el vaso de agua al tarro de cristal”; - menuda cara de bobo me tuvo que ver, porque se hartaba de reir, y yo rojo como un tomate, con un temblor que no sentía desde que cortejé por vez primera a una chica, (y de esto hace ya muchos años), me quedé mirando el tarro; anonadado, sin saber que decir, ni que hacer, con lo fácil que era rellenarlo, y yo no lo veía, ( so tonto, me dije).
“Eres la leche, TITI,” le dije, pero, claro, yo tenía ya un mosqueo que no me atrevía a preguntarle que lo de los dos cafés, para que sería; pero como el que pregunta es ignorante unos segundos solamente, y el que no pregunta lo es toda la vida, pues allá que fui yo con mi pregunta; y su respuesta fue de nuevo la de un maestro: “aunque esté todo el tiempo lleno, siempre hay un momento para tomar un café con un amigo”.
Me quedé mudo no se cuanto tiempo, y él no paraba de reírse a carcajadas, de mi cara.
Después me explicó, que las bolas de golf, eran nuestra familia, los amigos de vedad, nuestro trabajo etc
Las canicas de cristal, nuestras amistades “sociales”,nuestros hábitos etc, Los perdigones , nuestro coche, la tele, el cine etc, la arena……..algo parecido a las compras de Navidad el consumo absurdo, y el agua, esos caprichos absurdos, que nos pueden llevar a ser unos verdaderos imbéciles.
“Si hubiésemos puesto primero la arena, se nos hubiese llenado de lo absurdo, y no habría habido sitio para lo realmente importante, como son las pelotas de golf y las canicas.”
Al rato se levantó y se marchó, y desde entonces no lo he vuelto a ver, aunque se por donde anda.
Por cierto, todos conocéis a mi amigo el “TiTi”, yo como tengo confianza con él por eso le llamo así, pero unos le llamáis JESUS, otros JESUCRISTO, otros ALÁ, otros DIOS, otros NATURALEZA, y hay quien no lo llama por ningún nombre, pero estoy seguro que la final hablamos del mismo.
Espero que tu también tengas un amigo “TiTi” como yo.
Un abrazo de tu amigo “el coronel”.
Estaba yo un día, de esos de desánimo general, sin saber muy bien porqué, todo el mundo decía “no” a Citi, así que me senté en un pretil del paseo marítimo de la playa, en Cádiz.
De pronto me tocan por la espalda: “que haces aquí, Enrique??”.
Pues ya ves, poca cosa (contesté ; era mi amigo el “titi”).
Le conté lo que me ocurría, o mejor dicho como me encontraba de moral, y él me sacó un tarro grande de cristal, y unas pelotas de golf, lo puso todo en el pretil, y me dijo: “mete dentro del bote las pelotas.”
Hecho esto, me preguntó : “¿ ya está lleno??, ¡¡ pues claro ¡¡( le dije yo)
Entonces me sacó una bolsa con canicas de cristal – muy bonitas, por cierto- , las vació dentro del bote, ni que decir tiene que estas bolitas fueron rellenando los huecos que había.
Volvió a preguntarme : “¿ está lleno ahora? , “ahora si”, (dije yo).
De nuevo sacó otra bolsa, que contenía perdigones (bolitas de plomo). Las volvió a verter en el tarro, (por supuesto que estas rellenaron todos los espacios que habían dejado las canicas) y mirándome con una sonrisa que delataba mi asombro y mi ignorancia, me dijo “ ¿ y ahora que tienes que decir…?.
Pues, sencillamente no dije nada.
De pronto, se levantó, se fue hacia la arena y me dijo : “espera, no te vayas”; llenó una bolsa de arena, vino a sentarse de nuevo junto a mí y sin mediar palabra, vació la arena en el tarro. (es obvio que el tarro quedó absolutamente lleno sin ningún hueco libre) ,¡¡ ahora si que está lleno ¡¡, dijo la voz de la ignorancia (o sea, la mía), y me quedé relajado.
¡¡ Pues aquí acaba la historia ¡¡( me dije yo).
“ nos sentamos en la terraza de este bar??, - me dijo- ,¡ pues vale¡ – dije yo-
Entonces pidió, dos cafés y un vaso de agua.
De nuevo me dijo “ ah, se me olvidaba, échale el vaso de agua al tarro de cristal”; - menuda cara de bobo me tuvo que ver, porque se hartaba de reir, y yo rojo como un tomate, con un temblor que no sentía desde que cortejé por vez primera a una chica, (y de esto hace ya muchos años), me quedé mirando el tarro; anonadado, sin saber que decir, ni que hacer, con lo fácil que era rellenarlo, y yo no lo veía, ( so tonto, me dije).
“Eres la leche, TITI,” le dije, pero, claro, yo tenía ya un mosqueo que no me atrevía a preguntarle que lo de los dos cafés, para que sería; pero como el que pregunta es ignorante unos segundos solamente, y el que no pregunta lo es toda la vida, pues allá que fui yo con mi pregunta; y su respuesta fue de nuevo la de un maestro: “aunque esté todo el tiempo lleno, siempre hay un momento para tomar un café con un amigo”.
Me quedé mudo no se cuanto tiempo, y él no paraba de reírse a carcajadas, de mi cara.
Después me explicó, que las bolas de golf, eran nuestra familia, los amigos de vedad, nuestro trabajo etc
Las canicas de cristal, nuestras amistades “sociales”,nuestros hábitos etc, Los perdigones , nuestro coche, la tele, el cine etc, la arena……..algo parecido a las compras de Navidad el consumo absurdo, y el agua, esos caprichos absurdos, que nos pueden llevar a ser unos verdaderos imbéciles.
“Si hubiésemos puesto primero la arena, se nos hubiese llenado de lo absurdo, y no habría habido sitio para lo realmente importante, como son las pelotas de golf y las canicas.”
Al rato se levantó y se marchó, y desde entonces no lo he vuelto a ver, aunque se por donde anda.
Por cierto, todos conocéis a mi amigo el “TiTi”, yo como tengo confianza con él por eso le llamo así, pero unos le llamáis JESUS, otros JESUCRISTO, otros ALÁ, otros DIOS, otros NATURALEZA, y hay quien no lo llama por ningún nombre, pero estoy seguro que la final hablamos del mismo.
Espero que tu también tengas un amigo “TiTi” como yo.
Un abrazo de tu amigo “el coronel”.
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